Ion SALGADO

EL AYUNTAMIENTO DE ASPARRENA DA UN PASO MÁS HACIA LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

El ayuntamiento de Asparrena ha sido uno de los edificios seleccionados para el proyecto OrbETt. Esta iniciativa, financiada por la Comisión Europea dentro de la estrategia Horizon 2020, tiene por objeto reducir el consumo energético mediante el uso de las TIC.

El Gobierno de Lakua estima que el consumo de energía en las administraciones públicas de la CAV es de 1.610 GWh (gigavatio-hora), con un coste de 195 millones de euros. Así lo recoge la Estrategia Energética de Euskadi 2030, que apuesta por implementar actuaciones de ahorro energético y utilizar energías renovables en edificios. Entre otras medidas, propone contratar empresas de servicios energéticos y realizar estudios sobre el aprovechamiento de la biomasa forestal. Dos cuestiones que ya ha abordado el Ayuntamiento de Asparrena, que participa en el proyecto OrbEEt, una iniciativa financiada por la Comisión Europea dentro de la estrategia Horizon 2020, diseñada para reducir el consumo de energía y la huella de carbono.

La casa consistorial de este municipio alavés ha sido uno de los edificios elegidos para participar en el citado proyecto, que busca fomentar conductas encaminadas a ahorrar energía eléctrica y calefacción, así como a hacer un uso correcto de ordenadores, impresoras y aparatos electrónicos por parte de empleados y usuarios. Para ello se emplean tecnologías de información y comunicación (TIC) que permiten medir los datos de consumo de energía en tiempo real. Estos se remiten a los trabajadores a través de una aplicación para el teléfono móvil o de un juego en el que se dan las pautas para lograr una cultura de trabajo eficiente.

Arkaitz Gobantes, técnico de OrbEEt, detalla los pormenores del proyecto, en el que también participan el museo del Palacio Imperial de Innsbruck (Austria), la Universidad Fiedrich-Alexander de Erlangen-Nürnberg (Alemania) y un inmueble administrativo del Ayuntamiento de Pernik (Bulgaria). Explica que el trabajo comenzó hace año y medio, cuando remitieron información sobre la estructura del ayuntamiento al consorcio encargado de llevar adelante el proyecto. «Enviamos información sobre las paredes, las ventanas, la fotocopiadora, la iluminación, la calefacción… enviamos todo tipo de datos para conocer los usos de energía y el entorno», recuerda.

Después hicieron una descripción de la actividad que registra día a día la casa consistorial y comenzaron a instalar diferentes sensores para medir la intensidad de la luz, el coste de la calefacción y el consumo energético de los aparatos eléctricos, entre otras cosas. Los sensores también miden el confort de los trabajadores. Cuando todo esté a punto, probablemente en setiembre, los sensores enviarán la información recogida a los socios técnicos del consorcio, que han desarrollado varias aplicaciones para lograr que la información obtenida vuelva los trabajadores «de manera entendible». Las aplicaciones permitirán a los trabajadores saber cuánta energía están consumiendo.

«El objetivo es saber si a través de los sensores y de las aplicaciones se puede modificar y reducir el consumo de energía. Esa el la hipótesis que se quiere contrastar. Saber si este plan es válido y si se pueden desarrollar aplicaciones similares para reducir el consumo energético en otros lugares», destaca Gobantes, que trabaja en la traducción de un juego elaborado por una universidad británica. Y en otras muchas cosas más: «Hacemos prácticamente de todo. A diario tengo teleconferencias con los empleados de una empresa griega que me van guiando en la instalación de las aplicaciones».

En estos meses trabajan duro en el Consistorio alavés, ya que en octubre tendrán que ir a Bruselas para presentar los resultados obtenidos hasta la fecha. «Tenemos la ventaja de que es el edificio más pequeño y de que es el único en el que están instalados los sensores. Y si seguimos así seremos los primeros en enviar datos», señala. En la cita de octubre presentarán los gastos que han tenido y los informes con las horas que han trabajado. Algo necesario para poder recibir los fondos comunitarios. A este respecto, cabe destacar que la Comisión Europea ha destinado 1,8 millones de euros al proyecto OrbEEt. «Europa destina ese dinero, pero el reparto no es equitativo», advierte el técnico.

Biomasa y proyecto Eepos

Preguntado por la elección de Asparrena en el proyecto OrbEEt, Gobantes insiste en que ha sido «un cúmulo de cosas lo que ha permitido que estemos aquí». De entrada, el Ayuntamiento de Asparrena lleva años trabajando en cuestiones relacionadas con la eficiencia energética; no en vano fue una de las primeras localidades que realizó una apuesta decidida por la biomasa en Euskal Herria. El año pasado participó en el proyecto europeo de autosuficiencia energética Eepos, diseñado para lograr un ahorro del 40% en el coste de la luz. Una de las empresas que colaboró en aquel proyecto fue Solintel, una firma de ingeniería y consultoría especializada en eficiencia energética. Una sociedad mercantil que también participa en OrbEEt. «Aquel proyecto fue muy bonito e interesante, y a partir de ahí surgió la oportunidad de entrar en este», afirma Gobantes, que ya cuenta los días que faltan para comenzar a enviar datos e iniciar un «pequeño entrenamiento» con las cinco personas que van a participar en el proyecto: cuatro trabajadores y la alcaldesa, Txelo Auzmendi.