Joseba VIVANCO
Athletic

Los rojiblancos tiran de pegada y tercera victoria seguida

Los goles de Raúl García y Laporte sirven para derrotar a un Granada al que maniataron en la primera mitad y supieron sufrir luego en la segunda.

GRANADA 1

ATHLETIC 2


El Athletic sacó petróleo en Los Cármenes. Partido sin florituras pero serio en una primera mitad en la que se dejó empatar sin esperarlo, y sufrió en la segunda con un Granada más volcado pero donde otra jugada puntual le brindó el que es su tercer triunfo seguido, que endereza el arranque de los de Valverde que con el empate y en un campo complicado no le volvieron la cara a la victoria.

La primera mitad se encaminaba casi hacia el túnel de vestuarios, con un Granada con mucha mayor posesión del balón pero maniatado por un Athletic con ventaja en el marcador, cuando una jugada embarullada dentro del área rojiblanca, donde nadie acierta a rematar y nadie acierta a despejar, es al final el marroquí Carcela el que aparece para batir a Kepa por su palo corto, ese que debe estar cubierto siempre. Un gol de patio de colegio que sentó como un jarro de agua fría en las filas visitantes, que habían aprovechado otra genialidad de Raúl García desde fuera del área para adelantarse en un partido, por otro lado, en el que Ernesto Valverde no entró al juego de Paco Jémez de idas y venidas y optó por la moderación y el control, cerrar espacios al ataque nazarí y sacar rédito de las contadas ocasiones. Una de ellas la del golazo del navarro, que al cuarto de hora recibía un despeje cerca de la media luna, algo escorado, orientaba y con la zurda la enviaba al poste contrario de un Memo Ochoa incapaz de atajar el lanzamiento.

Hasta ese minuto, el Athletic llevaba bien el ritmo del choque. Dos equipos que apuestan por la presión alta sobre el rival, pero que fue más eficiente en el caso de los leones, un conjunto más solido y acoplado, ante un Granada de las 14 nacionalidades y con mucho que engrasar. Apenas una media-ocasión para cada equipo, a los rojiblancos les costaba gestionar la pelota y cuando podían lo intentaban siempre por la banda derecha. De una de esas combinaciones nació la jugada del tanto de Raúl García. A partir de ahí, con media hora por delante, el Granada asumió el mando de la pelota, Lekue y Balenziaga que sufrían las entradas por banda empezararon a sentirse mucho más cómodos con la inestimable ayuda defensiva de Muniain y Susaeta, cerraron a cal y canto los espacios, Laporte se erigía en puntal atrás, y arriba la presión desnudaba las imprecisiones de los granadinos. En una de esas, un peleón Aduriz tuvo el segundo, pero su disparo desde la frontal lo sacó Ochoa. El Granada circulaba el balón pero sin profundidad, hasta que en esa jugada aislada que partió desde la banda, nadie acertó a despejar y el empate llegó en el último suspiro.

Un tanto que espoleó a los locales en la reanudación. El Granada siguió llevando el peso del choque pero esta vez con mayor profundidad y poniendo en apuros la meta de un Kepa que no había tenido hasta entonces trabajo. El ondarrutarra desvió lo justo al minuto un chutazo lejano de Alberto Bueno, que se estrelló luego en el larguero. La réplica la dio Raúl García, otro chutazo desde 25 metros que esta vez Ochoa atajó en acrobática estirada. Pero el Athletic había perdido solidez atrás, sufría, Kepa volvió a sacar un tiro al muñeco, y Valverde refrescó al equipo dando entrada a Willians y Sabin Merino por Muniain –intrascendente una vez más– y Susaeta, que poco o nada habían aportado arriba.

El Granada se crecía pero el Athletic tampoco quería volverle la vista al partido después de haber tenido los tres puntos en su mano. El choque se volvió por momentos de ida y vuelta, nada que ver con el primer acto, achuchaban y mandaban los de Jémez, los recambios de Txingurri aportaban algo más de frescura en ataque pero fue Laporte el que a falta de quince minutos aprovechó un despeje en corto de Ochoa a testarazo de San José, córner mediante de la bota de Beñat, para poner tierra de por medio. Quizá había hecho más méritos el Granada, pero en una acción puntual, como había sucedido en la primera mitad, los bilbainos cobraban ventaja.

Valverde maniobró de inmediato, dando entrada a Iturraspe por Aduriz, con algo más de diez minutos por delante para sustentar la que a la postre fue la tercera victoria seguida y un salto cualitativo en sus pretensiones. Tres puntos a base de trabajo y, esta vez, pegada arriba.