Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «El porvenir»

En busca de la felicidad

El inminente estreno de “Elle”, la última sorpresa del holandés Paul verhoeven, nos revelará la otra cara de una actriz que tras su apariencia gélida, oculta una variedad de registros que la ha situado entre las más destacadas del panorama actual. Isabelle Huppert, siempre apegada a registros extremos, otorga una gran solemnidad y presencia a sus personajes y en esta oportunidad ha asumido de buen grado un nuevo y difícil reto al meterse en la piel de una mujer que se ecnuentra en una auténtica encrucijada emocional y existencial. La protagonista de la nueva obra de Hansen-Love gira en torno a ella, Huppert, una profesora de instituto cuya rutina cotidiana salta en pedazos tras la muerte de su madre y el abandono de su marido. La profesora de filosofía verá cómo se tambalean sus cimientos mientras emerge de manera casi obligatoria esa necesidad de sobrevivir y es en esta coyuntura donde la pericia de la cineasta se asoma a la hora de colocar una cámara a distancia prudente de la protagonista y que, mediante movimientos cargados de sutileza, nos revela la ruta de una mujer que en su madurez se encuentra en la tesitura de dar sentido a ciertas cuestiones.

A lo largo del filme no hay cuestionamiento alguno, ni juicios de valores y todo queda resuelto mediante una sencillez que a ratos abruma. Evidentemente, el filme no sería igual sin la aportación de una Huppert que sabe mejor que nadie extrar de sus entrañas lo más recóndito y sin perder en todo momento la compostura porque en ella cohabita la fragilidad más extrema y el carácter indomable que demuestra la superviviente nata a la que da vida en esta oportunidad. De todo ello se nutre la quinta película de una autora que se revela en esta su última aportación una exquisita madurez narrativa carente de subrayados emocionales gratuitos y que se ampara en un guion rico en matices e intenciones.