Dabid LAZKANOITURBURU

Obama, de pato cojo a patito feo

La decisión casi unánime del Congreso de EEUU de levantar el veto presidencial a la ley que autoriza a los familiares de las víctimas del 11S a denunciar a Arabia Saudí supone un duro golpe para Barack Obama a poco más de tres meses de que abandone definitivamente la Casa Blanca.

Es habitual que, al final de su segundo mandato, el presidente saliente pierda poder y referencialidad. Es el fenómeno que en EEUU se conoce como «el pato cojo».

Pero esta vez, Obama se ha convertido en el patito feo obligado a defender la inmunidad del aliado saudí frente a todos, demócratas y republicanos, Trump y Clinton, que, mirando de reojo al calendario electoral, no se atreven a desairar a los justamente indignados familiares de los 3.000 muertos en los ataques de Al Qaeda.

Más allá de la hipocresía de unos y el cinismo de otros, resulta paradójico que Obama se erija en defensor de los saud, el mismo Obama que alcanzó un acuerdo nuclear con Irán – su mayor rival– y que, en su testamento internacional –en formato entrevista a “The Atlantic” el pasado mes de marzo–, defendió que EEUU debería reconsiderar su histórica alianza con Ryad.

Ahí reside precisamente el nudo gordiano de la cuestión. El todavía presidente del primer imperio mundial podrá apelar a la responsabilidad de los congresistas cuando la satrapía petrolera ha recordado que tiene 750.000 millones de dólares en bonos del tesoro que podría retirar. O cuando advierte, cinismo realista, que abrir la veda contra Arabia Saudí podría tener un efecto boomerang contra la propia impunidad de EEUU en el mundo.

Es posible incluso que, de celebrarse, los juicios contra Ryad por el el 11S –19 de los pilotos suicidas del 11S eran saudíes– quedaran finalmente en nada.

Lo decisivo es que nunca, y menos a estas alturas, tuvo y tiene justificación alguna una alianza con los mayores responsables de la deriva rigorista del islam y los mayores corresponsables de la agonía que sufren los pueblos de Oriente Medio. Digan lo que digan Obama, Clinton, Trump o la CIA.