Alberto PRADILLA

Las «cosas» que hizo González

Con todo el foco mediático puesto en el acuchillamiento público del PSOE, las palabras de Felipe González en las que prácticamente asumía el terrorismo de Estado han sido dolorosa y rápidamente olvidadas. «Nunca hemos tenido peor resultado en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos», afirmó quien ocupaba despacho en La Moncloa cuando los GAL mataron a cerca de una treintena de ciudadanos vascos. Obviamente, en Euskal Herria hubo una reacción. En el Estado, sin embargo, la mayoría de voces (salvo honrosas excepciones) han pasado de puntillas, como si el exconsejero de Gas Natural hubiese sido víctima de un incómodo episodio de incontinencia verbal. En los medios se habló de «lapsus» o «desliz», pero tampoco se exigieron más explicaciones. Tanto mirar para otro lado solo sirve para reforzar lo que ya quedó patente durante la fallida investidura de Pedro Sánchez: que en el Estado se penaliza más recordar la vinculación del PSOE con la guerra sucia que haber sido responsable y salir impune.

Supongo que la periodista que en ese momento entrevistaba a González quedó en fuera de juego y, por eso, no se le ocurrió formular las preguntas más pertinentes: «¿Qué es lo que hicieron? ¿A qué se refiere? ¿Está reconociendo públicamente su vinculación con los GAL?» Descartadas las explicaciones en la radio, en un Estado normal y democrático sería lógico que un juez hubiese llamado a declarar al expresidente español para que aclarase a qué se refería con el «lo que hicimos». Recordemos que es el mismo Estado en el que un humorista como Facu Díaz es citado a declarar en la Audiencia Nacional por un vídeo que parodia la corrupción del PP. Es decir, que estamos ante un país donde la bromita es merecedora de la amenaza judicial pero no que el señalado como «señor X» de los GAL se jacte de sus prácticas. Si buscan la definición de impunidad en el diccionario, seguro que encuentran el rostro de cemento de González.

Ante tal exhibición de obscenidad y abuso se me ocurre una sugerencia: ¿Y si afectados por los GAL interpusiesen una querella por «enaltecimiento del terrorismo»? ¿Habría un magistrado que escuchase a las víctimas y quisiese escuchar una explicación del expresidente? Es evidente que no, que es ingenuo pensarlo y que si González habla con esa soberbia es porque se sabe protegido.

Resulta difícil pensar que el PSOE pueda renovarse sin abordar honestamente una parte de su historia de la que parece hablar con orgullo.