Alberto PRADILLA
MADRID
CRISIS POLÍTICA EN EL ESTADO: LA INVESTIDURA

Rajoy cumple el trámite viendo cómo PSOE, C’s y Podemos se enzarzan

Jornada tranquila para Mariano Rajoy, presidente español en funciones, que solventó el trámite del primer debate y votación viendo cómo PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos se enzarzaban. Salió derrotado, pero será investido mañana. Pablo Iglesias, blanco de casi todos los ataques, se beneficia de la imagen de líder de la oposición.

Sentado plácidamente en su escaño, Mariano Rajoy, presidente español en funciones, pudo comprobar cómo pese a ser él quien aspiraba a reeditar el cargo, el resto de formaciones se despellejaban entre ellas. Trámite fácil para el inquilino de la Moncloa, que solo tuvo que limitarse a reiterar las líneas maestras expresadas un día antes: un «diálogo» circunscrito al programa del PP y petición de «estabilidad» con mención expresa al PSOE. Mientras, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos se enzarzaban entre ellos. Que los dos primeros dedicasen buena parte de sus turnos a atacar a Pablo Iglesias tiene una consecuencia directa: no hace falta que los morados se autocoronen como líderes de la oposición porque la actitud de sus rivales ya les sitúa como tales.

Terrible era el papelón que le correspondía a Antonio Hernando, portavoz del PSOE, quien tuvo que salir al estrado para explicar que están tan en contra de las políticas del PP que permitirán, con su abstención, que Rajoy siga como presidente. Tras la esperada arenga sobre la historia de Ferraz, tuvo que dedicar buena parte del tiempo a justificarse a sí mismo. «Seguiremos siendo la oposición», afirmó, como si se encontrase en el diván de un sicoterapeuta intentando resolver una crisis de identidad. «Usted no nos gusta como presidente del Gobierno porque no nos gustan sus políticas, pero sí nos gusta este país y nos gusta la democracia que tenemos», afirmó, para justificar su abstención.

Aquí Rajoy podía haber echado una mano al portavoz del PSOE, pero decidió lanzársela al cuello. «Usted y yo tenemos más diferencias con los independentistas que entre nosotros», afirmó. Más leña al fuego de la Gran Coalición que intentó rebajar asegurando que no pretende que nadie «se haga del PP», pero instando a Ferraz a implicarse en la «estabilidad», lo que se traduce en aprobar presupuestos.

Hernando tenía dos frentes abiertos. Por uno, Rajoy. Por el otro, atacar a Unidos Podemos, que se reivindica como alternativa a Rajoy. Como era de esperar, acusó a Iglesias de ser el responsable de que el PP repita en la Moncloa por haber frustrado la investidura de Pedro Sánchez.

El tercero en discordia, Pablo Iglesias, aprovechó el lugar preferente que el resto le había ofrecido y se presentó como única oposición al PP. En los últimos días, la atención mediática se había centrado en el apoyo de Unidos Podemos a la protesta convocada por Rodea el Congreso para mañana. «Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que allí fuera», lanzó Iglesias, en referencia a la corrupción, y provocó las protestas de la bancada del PP. Recordó a Rajoy los SMS que envió a Luis Bárcenas, pero el inquilino de la Moncloa iba tan sobrado de fuerzas que hasta se permitió bromear. «Estoy mejorando con el Twitter. Con los mensajes no estuve bien, pero ahora también estoy mejorando», afirmó.

También tenía recados Iglesias para el PSOE, al que acusó de traicionar la memoria de los «viejos socialistas». Recogió el guante lanzado por Rajoy y le recordó a Hernando que su partido tiene más que ver con el PP que con otras formaciones. Hernando no tenía turno de réplica, así que ahí quedó el intercambio de golpes.

Que Ciudadanos dedicase buena parte de su intervención a cargar contra Unidos Podemos cerró el círculo de la imagen de la formación morada contra lo que Iglesias tilda de «triple alianza». Albert Rivera recurrió al siempre útil asunto de Venezuela y, cuando creía que no le escuchaban, lanzó un «gilipollas» a Iglesias cuando este le criticaba desde el atril.

El final de la sesión puede servir para ver cómo se desarrollará la legislatura. Rafael Hernando, moderado para lo que acostumbra, volvió a hablar de Venezuela. Iglesias pidió responder por alusiones, pero Ana Pastor no le dio la palabra. El portavoz del PP se reafirmó y los diputados de Unidos Podemos abandonaron el Hemiciclo. Esa es la imagen. Habrá que ver si la legislatura aguanta.

El anuncio de una supresión de la reválida que no es tal

Un día después de que la comunidad educativa del Estado protagonizase una huelga contra la Lomce y las reválidas, Mariano Rajoy se sacó de la chistera un anuncio: la reválida para el acceso a la universidad no tendrá efecto hasta que se alcance un pacto en Educación, que es una de las ofertas que ha lanzado tanto a PSOE como a Ciudadanos. Como casi todo lo que suele anunciar el inquilino de la Moncloa, su supuesta cesión tenía trampa. Tuvo que ser Aitor Esteban, portavoz del PNV, el que la pusiese sobre la mesa. Según la Lomce, estos exámenes no tendrán validez hasta 2018, así que lo que Rajoy anunció como novedad no es más que el cumplimiento de la norma. Previamente, tanto PSOE como Unidos Podemos habían valorado como «insuficiente» el aparente gesto del presidente en funciones mientras que Ciudadanos intentaba apuntarse el tanto de haber movido al PP. Al final, su plan se limita a «revisar» algunos contenidos de la ley pero nunca a «derogar».A.P.

«No» del Govern a la financiación

El debate sobre Catalunya no da mucho de sí en las sesiones del Congreso. Las posiciones están claras. Mariano Rajoy apelando a la «unidad de España» y la «soberanía del pueblo español» y las formaciones independentistas, ERC y PDECat (la antigua Convergència) reclamando un referéndum pactado o unilateral. Ayer había una novedad. La víspera, el líder del PP había anunciado su disposición a iniciar el diálogo sobre una reforma en la financiación autonómica. Es decir, un paso antes que cambiar la Constitución. Vamos, nada que el independentismo catalán pueda aceptar. Por eso, Joan Tardá, portavoz de ERC, habló en nombre del president de la Generalitat, Carles Puigdemont, para anunciar que el Govern no participará en estas negociaciones. «Nuestra financiación es la futura Hacienda catalana», aseguró, reiterando que solo hay una solución: referéndum o referéndum. Francesc Homs, diputado de PDECat, reiteró el enésimo llamamiento al diálogo y rechazó la criminalización del independentismo. No hay nadie al otro lado del teléfono.A.P.