GARA
WASHINGTON
ELECCIONES PRESIDENCIALES EN EEUU

El FBI exonera finalmente a Clinton y Wall Street respira aliviada

Wall Street, y con ella las bolsas de Asia y Europa, respiraban con alivio al día siguiente de saber que el FBI no tiene intención de procesar a la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, mostrando así las preferencias mayoritarias de los medios financieros. Pero el entusiasmo es moderado por las dudas que siguen reflejando los sondeos.

De la misma sorprendente forma en que el director del FBI, James Comey, había irrumpido en la recta final de la campaña presidencial de EEUU, convirtiéndose en la «sorpresa de octubre», el domingo desinfló el globo que había lanzado previamente. Comey comunicó al Congreso que, después de haber examinado los correos descubiertos recientemente en otra investigación, cree que no hay razón para investigar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Solo hace una semana, Comey había enviado otra comunicación al Congreso en el que aseguraba que se habían hallado nuevos mensajes que podrían reabrir el caso del uso de su cuenta de correo privada (en lugar del oficial como secretaria de Estado). Y ello a pesar de reconocer que desconocía el contenido.

La noticia había caído como una bomba sobre la campaña de Clinton, que se vio obligada a pasar varios días dando explicaciones sobre un escándalo que parecía cosa del pasado. Además, supuso un freno en las encuestas, en las que ya contaba con cierta ventaja. Como consecuencia, su rival republicano, Donald Trump, se ha visto aupado casi a un empate técnico.

Con la nueva carta del FBI reiterando su renuncia a presentar cargos formales contra Clinton, Wall Street abrió con una fuerte subida, seguida por las aperturas de París, Londres y Frankfurt, que cerraron con subidas entre el 1,7% y el 1,9%, además del cierre de Tokio (1,61%). Los mercados ven en Clinton una candidata continuista que responde mejor –o al menos de forma más predecible– a sus intereses. También las divisas reflejaban esta opinión, y el dólar se reforzó ante el resto de monedas. Sobre todo se benefició el peso mexicano, dado el temor a que Trump expulse a millones de migrantes o renegocie los acuerdos comerciales.

No obstante, el entusiasmo financiero es moderado dado el estrecho margen de diferencia que siguen mostrando las encuestas, ligeramente a favor de la demócrata. Las dudas sobre una posible victoria de Trump hacen aumentar la prudencia, sobre todo si la sorpresa se produce en los estados clave, como Florida, Pensilvania o Carolina del Norte. Una encuesta realizada por la red NBC y el diario “The Wall Street Journal” divulgada el domingo y que incluye a los otros dos candidatos minoritarios atribuyó a la demócrata una ventaja de cuatro puntos porcentuales a nivel nacional sobre Trump, un 44% frente a un 40%. La nueva carta de Comey también calmó los ánimos en las filas demócratas, que habían lanzado duras acusaciones contra el director del FBI. El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo seguir confiando en él y en que no trató de influenciar en el resultado de las elecciones, según el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien aseguró que Obama cree que Comey «es un hombre íntegro y un hombre de principios«. «El presidente confía plenamente en que el director Comey no está usando su autoridad para dar ventaja a un candidato político particular o a un partido político concreto», señaló Earnest. «Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto», dijo Jeniffer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de Clinton.

Así las cosas, ambos candidatos hicieron ayer el último esfuerzo, centrado en los estados clave. Mientras Trump, casi sin más apoyos públicos que su familia, apelaba a su imagen de candidato outsider, Clinton echaba mano de estrellas del espectáculo y el deporte. El magnate fue recibido en Sarasota (Florida) por entusiastas seguidores, en la primera parada de la última jornada de campaña, que seguía con mítines en Carolina del Norte, Pensilvania y New Hampshire, antes de terminar en Michigan.

«Un sistema lleno de trampas»

El domingo Trump arremetió contra la clase política en general y alegó que Clinton afrontaría «investigaciones durante mucho, mucho tiempo». No dejó claro si conocía la carta del FBI, pero aireó de nuevo las insinuaciones de fraude: «Deben entender que éste es un sistema lleno de trampas y que ella está protegida».

Mientras en Cleveland, Clinton fue presentada en el escenario por la exestrella local del baloncesto LeBron James y, en Manchester, New Hampshire, contó con la colaboración del cantautor James Taylor y de Khizr Khan, padre de un soldado muerto en combate en 2004 en Irak. Ayer cerró campaña por todo lo alto, con paradas hasta la medianoche en Pensilvania, Michigan y Carolina del Norte y la colaboración de los rockeros Bruce Springsteen y Bon Jovi.

Y, finalmente, jugó su carta más fuerte, Barack Obama y a su esposa Michelle, así como a su marido, el expresidente Bill Clinton. «Haced por Hillary lo que habéis hecho por mí», dijo Obama, consciente de su alta popularidad frente a los recelos hacia Clinton.

Si algo comparten ambos candidatos es su impopularidad y muchos de sus votantes los elegirán como «mal menor». Clinton esgrime su experiencia como primera dama, senadora y secretaria de Estado, pero muchos ciudadanos personifican en ella la corrupción de la Administración. Por su parte, Trump se presenta como el candidato contra el establishment y se ha sobrepuesto a las acusaciones de no haber pagado impuestos o haber agredido a mujeres, pero suscita un amplio rechazo entre la comunidad hispana y en su propio partido.

El control del Senado, la otra gran batalla electoral de hoy

Además de la Presidencia, hoy se libra otra batalla clave por el Congreso de EEUU, donde el Senado podría retornar a manos del Partido Demócrata. En la actualidad, las dos cámaras –Senado y Cámara de Representantes– están en poder del Partido Republicano y, por ello, la disputa por el control del Capitolio es fundamental para garantizar la estabilidad del nuevo presidente o para obstaculizar su acción.

En esta elección, se renovará la totalidad de la Cámara de Representantes: los 435 escaños de los legisladores y también los seis representantes territoriales sin derecho a voto. Los sondeos prevén que los republicanos, que en la actualidad poseen 246 escaños, mantendrán la mayoría, si bien su líder, Paul Ryan, mantiene una abierta oposición a Trump.

Además, se vota por 34 senadores y los demócratas tienen grandes posibilidades de recuperar en el Senado la mayoría que perdieron en 2014. En caso de que Clinton gane la elección presidencial, la conquista del Senado es considerada fundamental, no solo para restablecer el equilibrio con el control republicano en la Cámara baja, sino también porque los empates en el Senado pueden romperse con el voto del vicepresidente de EEUU.

En este escenario, la clave para los aspirantes republicanos es hasta qué punto deben mantener su campaña ligada a la de Trump. Mantener la distancia de los exabruptos machistas o racistas puede significar también alejarse de la base electoral del magnate que lo ve como un golpe al establishment.

El analista Nate Silver, quien tiene una sólida reputación en anticipar resultados, estimó en el blog de política FiveThirtyEight que los demócratas tienen el 65% de posibilidades de ganar el Senado. Illinois, Wisconsin, New Hampshire, Carolina del Norte y Pensilvania, son los estados en peligro para los republicanos y en Florida e Indiana se prevén ajustadísimas disputas.GARA