GARA
KINSHASA

Las protestas contra Kabila dejan una treintena de muertos

Numerosas detenciones, una treintena de muertos, una población absolutamente aterrorizada y acusaciones de «golpe de Estado» contra Joseph Kabila. El presidente de la República Democrática del Congo no quiere entender lo que le dice la población congoleña e insiste en perpetuarse en el poder, con maniobras como la formación de un nuevo Gobierno con un «opositor» al frente, que en realidad no es más que un tránsfuga sin apoyos.

Los disturbios y la violencia anunciados desde hace días estallaron ayer en las mayores ciudades de la República Democrática del Congo (RDC), donde la oposición pidió «no reconocer» al presidente, Joseph Kabila.

20 de diciembre de 2016. La fecha inquietaba en la vida política congoleña desde hace meses. Marcaba el final teórico del mandato de Kabila –en el poder desde 2001–, a quien la Constitución le impide volverse a presentar. Pero las elecciones presidenciales que debían designar a su sucesor no se celebraron y el gobernante pretende mantenerse en el poder hasta que alguien sea elegido para sucederlo en abril de 2018. O más tarde, porque no se puede descartar que llegada esa fecha halle nuevos «problemas logísticos» para posponer lo que quiere evitar.

Los detractores del presidente Kabila le acusan de haber orquestado el aplazamiento de las elecciones y de tratar de cambiar la Constitución para poder volver a presentarse.

La situación es muy tensa en la RDC desde hace 48 horas. La mayoría de las grandes ciudades del país están bajo control militar y la población se mantiene mayoritariamente en sus casas. Grupos de manifestantes levantaron barricadas y quemaron neumáticos en diversos barrios de la capital.

La protesta ciudadana había tenido un primer momento importante en la medianoche del lunes. Se había convocado una cacerolada en la que todo servía para hacer ruido contra el mandatario. En algunos barrios se escucharon disparos que los manifestantes interpretaron como un intento de silenciar la cacerolada de protesta.

La Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco) informó a la agencia AFP de que investigaba informes creíbles de una veintena de fallecidos sólo en la capital.

Policía linchado

En la ciudad de Lubumbashi, capital de la meridional provincia de Alto Katanga, se registraron dos muertos (un manifestante tiroteado por la Policía y un agente linchado), así como tres heridos, según el gobernador Jean-Claude Kazembe. Lubumbashi es el bastión del candidato presidencial Moïse Katumbi, hoy en el exilio.

Otros tres fallecidos –cifra que podría aumentar– se registraron en la ciudad de Masina Tshangu, otro de los bastiones de la oposición, donde se produjeron graves altercados.

En Manono (a 480 kilómetros de Lubumbashi, al norte), seis personas murieron y 125 resultaron heridas en choques entre miembros de las etnias pigmea y bantú.

Kananga, donde enfrentamientos entre el Ejército y milicianos causaron un centenar de muertos en setiembre, vivió escenas de pánico dados los choques armados entre protagonistas no identificados. En las ciudades de Kisangani y Bukavu la situación era ayer de calma, según las agencias.

En un vídeo de YouTube – que no se puede ver en la RDC, donde el contenido de las redes sociales es filtrado desde el domingo–, la figura histórica de la oposición Etienne Tshisekedi pidió no reconocer la autoridad de Kabila. Un antiguo aliado de Tshisekedi, Samy Badibanga, es el nuevo primer ministro. Ha hecho pública la formación de un nuevo Ejecutivo con 67 ministros y viceministros.