El ministro de Defensa de Costa de Marfil, Alain-Richard Donwahi, se encontraba anoche atrapado en una casa de la ciudad de Bouaké tras una serie de disparos efectuados en las inmediaciones al parecer por soldados de las fuerzas sublevadas.

Donwahi se había desplazado hasta Bouaké, la segunda ciudad del país, para escuchar de primera mano las demandas de los militares, sublevados desde la tarde del viernes. Tras el viaje de Donwahi se había informado de un acuerdo para que los amotinados volvieran a sus cuarteles a cambio del cumplimiento de las demandas sobre pagas extraordinarias y denuncia de las condiciones en los cuarteles. El propio presidente marfileño, Alassane Ouattara, había confirmado el acuerdo, pero los incidentes de los que informaron a Reuters testigos presenciales cuestionaban anoche la viabilidad del pacto.

«Quiero decir que esta manera de plantear demandas no es apropiada. Mancilla la imagen de nuestro país tras todos los esfuerzos que hemos hecho para revivir la economía», había argumentado el presidente marfileño, Alassane Ouattara. Después emplazó a los soldados a volver a los cuarteles.