Joseba VIVANCO
Bilbo
EUROPA LEAGUE 1/16

En dos palabras... fracaso

El Athletic vuelve a perdonar en la primera mitad para verse sobrepasado por la responsabilidad tras el inesperado 2-0 en diez minutos

APOEL NICOSIA 2

ATHLETIC 0

 

El maestro de periodistas Julio Scherer, cuando llegaba a la redacción, saludaba a sus reporteros con cordialidad y les decía: «Cuéntenme algo». Como lo traducía Enric Gonzaléz, dos palabras, lección única y punto de partida para el periodista. Lo de ayer en Nicosia se resume en una, fracaso. Difícil, imposible con la mano en el corazón describir ni siquiera en esas dos palabras la sensación tan frustante que seguramente a cada athleticzale le embargó la eliminación ayer de los rojiblancos. La que transmitió el equipo bilbaino en una segunda mitad para sepultar bajo siete llaves en el oscuro averno. Difícil noche del jueves para la gran familia del Athletic, complicado viernes mirando desde la distancia el bombo que sorteará este mediodía los octavos de final de una competición fetiche, en la que había muchas, muchísimas ilusiones puestas, y que acaba para los nuestros de la peor manera. Y de la peor manera porque los leones perdonaron en los primeros cuarenta y cinco minutos como lo hicieron en San Mamés en la ida, pero sobre por la caricatura de conjunto que dibujaron en una segunda parte en la que encajaron dos reveses antes de darse cuenta y después, con tiempo por delante, les temblaron las piernas, les pudieron las pulsaciones, les sobrepasaron las circunstancias, les pesaron las botas y la responsabilidad. Y ello derivó en una impotencia generalizada que acabó con Iraizoz cometiendo una esperpéntica falta en ataque, que en otra situación nos la hubiéramos tomado a chirigota. Fue como el culmen de un partido para olvidar, de una eliminatoria que empezó a torcerse allá en la ida y que ayer terminó por desnudar las carencias de un Athletic que a partir de este domingo no le queda otra que sacar de donde tiene, porque tiene, y tirar adelante. El objetivo principal siempre fue volver a entrar en Europa, y el que se quiera bajar que levante la mano. ¿Nadie? Pues toca hacer mucho vestuario, supurar ilusiones y de puertas afuera contar hasta diez, soltar sapos y culebras después de este mazazo, y hacer piña.

Al Athletic se le pedía un paso al frente, demostrar madurez, y eso es lo que hizo al menos durante la primera parte. Buena puesta en escena. Esa en la que salieron a por la meta contraria, mejor plantados que un APOEL muy menor como lo fue en San Mamés, pero de nuevo perdonando hasta la exasperación. Error, más que perdonando al rival evidenciando una sangrante falta de instinto asesino para romper la red rival. Como la que tuvo Sotirou a los veinte segundos de la vuelta de vestuarios para empezar a sentenciar la eliminatoria. Imperdonable que un De Marcos lejos de su mejor versión permitiera centrar desde la banda y el delantero chipriotra que no perdonó como había hecho el Athletic.

Los jugadores de Ernesto Valverde se fueron al descanso con un bagaje de 8 remates por 3 de los locales, desperdiciando no solo ocasiones sino un sinfín de contraataques que estos jugadores no saben finiquitar. Ese 0-0 aun siendo desfavorable a los locales, para el Athletic era jugar con fuego. Y se quemó con ese 0-1, pero ardió con el segundo, a partir de un penalti cometido por un atropellado Balenziaga. Solo diez minutos y las prisas se adueñaron de los leones. A partir de ahí, atolodramiento generalizado a la hora de atacar con un mínimo criterio, el APOEL se quedó con uno menos y plegó velas en torno a su buen portero, Valverde agitó banquillo, el equipo se desdibujó hasta no encontrarse, y así una impotencia que se alargó hasta el pitido final, donde los chipriotas dieron una clase magistral de perder tiempo, el colegiado ruso se hizo el sueco y los rojiblancos firmaron un despropósito tras otro, superados por lo que se les escapaba entre los dedos, rumiando su propio fracaso.

En una palabra, fracaso. A los leones y, sobre todo, a Valverde les está cayendo la del pulpo. «El año que viene, volvemos otra vez...», fue el cántico con el que los hinchas bilbainos se despidieron del campo chipriota tras la amarga derrota. Actitud. Sin paños calientes, pero actitud. En dos palabras: Athletic geuria!

 

«Hay barra libre para criticar, pero aguantaremos el tirón»

Serio. A la defensiva. Comprensivo con sus jugadores. Ernesto Valverde sabe que quienes esperan agazapados a que tropiece salieron ayer con todo. Le preguntaron por la actitud del equipo. «Nuestra actitud es buenísima, la que nos ha traido hasta aquí, lo mejor que tiene el equipo, que no se rinde nunca. Cuando pierdes hay barra libre para criticar, aguantamos el tirón, pero la actitud es la que nos impulsa a seguir. ¿Que tenemos que mejorar en juego, dominio de las área? también. Y nos tenemos que aplicar. Pero la actitud del Athletic es la que hace que cada año estemos ahí tirando adelante. Y lo quiero decir bien claro». No fue la única contestación en que salió en defensa de los suyos. «Hemos jugado para ganar los dos partidos, y gran parte o casi toda la eliminatoria la hemos dominado. Ellos han tenido más pegada y esto es fútbol. Si quieres llamarlo fracaso –a pregunta de un periodista– que lo llamen como quieran. Es verdad que no hemos hecho una Europa League como esperábamos, es verdad que nos ponemos el listón alto, que hemos perdido una eliminatoria en que éramos favoritos, y ahora se trata de estar juntos como hemos estado siempre. Y el domingo ir a ganar. Lo demás son historias que suceden, unas veces pasas rozando el larguero como contra el Marsella el año pasado y otras no. La cuestion es qué hacemos a partir de ahora», fue su reflexión.

¿Va a pensarse el futuro?, fue otra de las cuestiones que se le plantetó, a lo que respondió que esa pregunta no procedía en ese momento. E insistió en que toca salir adelante. «El vestuario en eso responde muy bien», añadió. Un Valverde que achacó la eliminación a la falta de pegada que, asumió, está lastrando al equipo, y a la «eficacia de pegada como nunca había visto» del APOEL.J.V.

 

Muniain reclama apoyo para «pasar el trago»

«Ha sido duro caer eliminados. Estamos tristes y dolidos», dijo Muniain, que dijo «necesitamos que la gente esté con nosotros para pasar el trago». Sí se quejó de que «estamos cansados de que se vea el vaso medio vacío»

 

Beñat habla de «decepción» y no de «fracaso»

«Un palo muy duro, sabíamos que no iba a ser nada fácil. Tenemos que luchar para el año que viene estar aquí», dijo Beñat, que rechazó sea un «fracaso» porque «es jodido ganar en Europa», aunque sí «una decepción»