Ramón SOLA
ERRENTERIA

La causa de Aitzol Gogorza une y moviliza a Errenteria

No hacía falta llegar hasta la Herriko Plaza de Errenteria para percibir la preocupación por su vecino Aitzol Gogorza: pancartas en las entradas, carteles en los balcones, pegatinas en las paredes... Pero además junto al Ayuntamiento comparecieron ayer más de 300 personas de todas las edades, ideologías, ocupaciones... con una misma demanda: que se le aplique el artículo 100.2 y pueda volver a casa. Los 27 ingresos hospitalarios lo dicen todo de su situación.

La inquietud de sus vecinos por el estado de salud de Aitzol Gogorza se palpa efectivamente en todos los rincones del pueblo, pero además se le puso letra ayer a mediodía en una comparecencia masiva de Sare en Herriko Plaza, «una plaza simbólica para todos y todas nosotras, porque aquí hemos bailado, disfrutado, peleado, cantado, reído y también llorado». Con el alcalde, Julen Mendoza, como uno más en un grupo plural y multicolor de más de 300 personas, desde allí se lanzó una reivindicación clara: «Que se respeten los derechos que le corresponden como persona».

Se concreta en la solicitud de aplicación del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, «que contempla, ante una situación grave como esa, la puesta en libertad de la persona presa o en su defecto que pueda cumplir la condena fuera de la cárcel», es decir, de modo atenuado en su domicilio.

De la gravedad del estado de Gogorza dan fe algunos datos aportados en la rueda de prensa: ha sido llevado al hospital ya 27 veces, dos de ellas por tromboembolismos, ha tenido que recurrir a ayunos para denunciar su situación (el último, de cuatro días, el pasado fin de semana), y aparte de su enfermedad suma ya 19 años preso.

El valor de la pluralidad

Ante ello lanzaron dos preguntas: «¿Por qué una persona gravemente enferma se ve obligada a realizar una huelga de hambre? ¿Por qué el Estado no cumple sus propias leyes? La respuesta a la segunda es clara: venganza. Nos quieren mantener ancladas en el sufrimiento de épocas pasadas, pero lo tenemos claro: queremos cerrar la puerta al sufrimiento y abrir una ventana a la esperanza».

Esta lucha se afronta desde una premisa: la pluralidad, valor inherente a Sare. «En Orereta-Errenteria nos hemos dedicado a construir puentes entre personas de diferentes sensibilidades a favor de la libertad de Aitzol, y así vamos a seguir. Ya no se encuentra en huelga de hambre, pero su situación sigue siendo crítica. Y para ello tenemos que dejar de lado nuestras diferencias ideológicas y seguir acumulando fuerzas para activar a la sociedad». Pese a la crudeza del caso, no hubo desánimo alguno en su mensaje. Al contrario, se muestran seguros de que «lo conseguiremos».

Ante la instrucción de II.PP.

Siguiendo con la problemática de los presos enfermos, Sare respondió con un toque de ironía a la instrucción de Instituciones Penitenciarias que exhorta a evitar las excarcelaciones hasta que los vascos estén al borde de la muerte, de lo que dio cuenta ayer GARA. «Sare quiere agradecer que hagan apología de la injusticia y de la venganza tan claramente. Porque esta circular demuestra que nuestras lecturas sobre la crueldad y la inhumanidad son las correctas».

Tras remarcar que esa instrucción «es contraria a sus propias leyes internas y a las normas internacionales» y «confirma que se están encendiendo todas las alarmas en esta cuestión», Sare destaca que «tendrá que ser la sociedad vasca la que garantice que estos presos estén en libertad y vivos. La unidad de diferentes sensibilidades será la que, con su esfuerzo, garantice que así sea». Pone como ejemplo la comparecencia plural y masiva de Errenteria y también «la valiente actitud de la mayoría de partidos del Ayuntamiento de Donostia con la cuestión de Sara [Majarenas] e Izar».