R.S.
DONOSTIA

Silencio en París, entre incomodidad y esperpento en Madrid

Las autoridades francesas dieron la callada por respuesta ante la noticia que esta vez tenía epicentro en París. Las miradas se dirigieron rápidamente una vez más a Madrid, donde se celebraba la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, y el portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, tiró de manual: «Lo que tiene que hacer ETA es desarmarse y disolverse».

Le emuló por la tarde el presidente español, que en el congreso madrileño del PP hizo una alusión muy escueta: «ETA ha decidido, y así lo ha dicho, desarmarse unilateralmente. Que lo haga, y de paso que se disuelva. Y el Gobierno hará lo que ha hecho siempre, porque la ley es igual para todos».

A mediodía, medios españoles como TVE ya intentaban pinchar el globo sembrando dudas sobre la credibilidad del anticipo. La televisión pública dijo que podría tratarse de «un nuevo simulacro» como el que cree que supuso el acto de inicio del sellado y verificado, con miembros de ETA y la Comisión Internacional de Verificación juntos. Pese a que los hechos posteriores confirman la importancia de aquel arranque, desde Madrid se sigue intentando ridiculizar la escena de febrero de 2014.

También el exministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, se apuntó a la tesis de un eventual «desarme-trampa» al escribir en su cuenta de Facebook: «Habrá que ver qué es lo que lo que entrega ETA y, sobre todo, si se guarda algo».

Curiosamente, su jefe de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sí se tomaba el tema con seriedad: «Todo lo que sean pasos para sellar definitivamente lo que fue el anuncio de 2011 me parece importante».