Agustín GOIKOETXEA

OSAKIDETZA SIGUE SIN ATAJAR IRREGULARIDADES EN EL PAC DE SESTAO

Trabajadores del Punto de Atención Continuada (PAC) de Sestao siguen denunciando irregularidades en un servicio que atiende a 135.000 pacientes de esa localidad y Barakaldo. Después de cuatro años, insisten en que Osakidetza se reúna con ellos para dialogar.

El relevo en la dirección del Punto de Atención Continuada (PAC) de Sestao no ha calmado los ánimos entre los trabajadores adscritos al servicio. Se quejan de que la gerencia de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) de Barakaldo-Sestao «no se ha dignado a reunirse con ellos para abordar cuestiones que les llevan planteando desde hace cuatro años», limitándose en enero a comunicarles el cambio, «sin más explicaciones».

En 2014, Osakidetza creó, entre otras, esta OSI que aglutina al Hospital de San Eloy con los diez centros de salud de Barakaldo y Sestao. Lakua defendió que el nuevo modelo organizativo iba a mejorar la atención al paciente, «optimizando» recursos y costes al romper con la tradicional división entre atención primaria y especialidades. En ese esquema, las Urgencias son atendidas por el PAC ubicado en el número 15 de la calle Antonio Trueba, en Sestao, del que dependen 25 trabajadores fijos más personal temporal.

Las quejas de sus trabajadores han sido una constante en los últimos años. Médicos, enfermeros, auxiliares administrativos, celadores y conductores han mantenido durante cuatro años reivindicaciones para trabajar en unas condiciones dignas en las instalaciones de Markonzaga. Hasta enero, una de sus demandas principales era que se relevase al jefe del PAC, a quien acusaban de no hacer nada por resolver las deficiencias.

En distintos escritos dirigidos a la gerencia de la OSI con sede en San Eloy –el último en diciembre de 2016–, aunque también a la Dirección de Recursos Humanos de Osakidetza en otras, expusieron lo que entendían «conducta negligente» por parte del responsable del PAC, «que se traduce en una clara ausencia de interés hacia las obligaciones que debe desempeñar un cargo de Jefe de Unidad de Atención Primaria, así como una falta tanto de eficacia como eficiencia en la gestión y organización» del servicio. Se informó de que su modo de proceder afectaba negativamente a los pacientes, con salas de espera llenas y sobrecarga de trabajo de los facultativos, sin que arbitrara medidas para resolver los problemas, agravándolos en muchos ocasiones.

Se advirtió también de que el personal ejercía tareas que no les estaban encomendadas y que el jefe no estaba en su puesto de trabajo cuando así se requería. Además, se denunció que no se respetaban las listas de contratación, incidiendo en que «se contrata siempre a las mismas personas, cargándoles de guardias». También exigían, y lo siguen haciendo, mejoras en el centro, empezando por el propio material y mobiliario del que dispone el dispensario de Markonzaga, arreglo de los vehículos, comida para el personal dados los turnos que cubren y cursillos de formación.

Lo curioso es que trabajadores denunciaron a la gerencia, por ejemplo en mayo de 2016, la «aparición de una cantidad exagerada de material sanitario y de farmacia, del cual no se hace uso» en el centro y que devolvieron de nuevo al hospital de cabecera. Así, se instó a que se investigara tanto el origen como el uso en destino del mismo «para evitar posibles suspicacias». En otras ocasiones, según consta, tuvieron que ir a pedir un medicamento a Urgencias de San Eloy porque no se había hecho el pedido en toda una semana, a pesar de los requerimientos.

En un último escrito, el grupo de trabajadores insistió en demandar a la gerencia de San Eloy que adoptara medidas para que la cobertura sanitaria que ofertan a 135.000 vecinos de Barakaldo-Sestao fuera de los horarios de atención primaria mejorase. «No podremos desempeñar nuestro trabajo de una forma digna, mientras este señor siga siendo Jefe de Unidad de Atención Primaria. No tenemos nada en contra en lo personal, solo queremos denunciar su mala gestión, como jefe de unidad», aclaraban en su petición de destitución.

El antiguo jefe mantiene «privilegios»

El relevo llegó pero, según apuntan, su antiguo responsable mantiene sus «privilegios» a pesar de que pocos dudan de que ha sido su «nefasta gestión» la que ha obligado al cambio. Nadie les ha dado explicaciones pero quien fue jefe de servicio trabaja solo un tercio de la jornada laboral que le correspondía, con el agravante de que él ha sido quien ha realizado el calendario. Los afectados insisten en pedir a Osakidetza que convoque una reunión para abordar las «grandes deficiencias» que dicen haber detectado «con la intención de colaborar en el buen funcionamiento de la unidad».

Consideran que es importante acabar con los «privilegios» de los que goza su antiguo jefe, al entender que repercuten directamente en el servicio que prestan. «Es un fraude a la sociedad todo lo que sucede en torno a este señor y es hora de que se termine con esta situación», argumentan. Además, creen que Osakidetza debe adoptar otras medidas, como archivar los expedientes disciplinarios leves que se abrieron en su día a consecuencia de la gestión llevada a cabo por el antiguo responsable del PAC.

Cansados de dirigirse una y otra vez a la dirección de Osakidetza, aguardan una respuesta ya que son muchas las cuestiones que quieren abordar con sus responsables para mejorar la calidad del servicio público que prestan a 135.000 vecinas y vecinos.