Agustín GOIKOETXEA
NUEVOS DATOS EN EL 80 ANIVERSARIO DEL BOMBARDEO

GERNIKA, ENSAYO MINUCIOSO DE UNA MAQUINARIA DE GUERRA LETAL

80 años después queda aún mucha luz que arrojar sobre el bombardeo de Gernika. Tras una exquisita investigación, el historiador Xabier Irujo concluye que fue «un experimento de guerra quirúrgicamente planificado y ejecutado» por el fascismo emergente.

No todo está escrito sobre el bombardeo de Gernika por mucho que este miércoles vayan a cumplirse 80 años de aquel fatídico día de mercado en que cerca de 12.000 personas, muchas de ellas refugiadas, ocupaban la emblemática villa foral vizcaina. Muchos han sido y son quienes siguen escrutando cualquier elemento que les lleve a profundizar en aquel hecho histórico, pero sobre todo cruel que sacudió al mundo como lo han hecho, por desgracia, otros episodios bélicos que tienen como víctimas a la población civil. Xabier Irujo, director del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, en Reno, es una de esas personas. Trata ahora, a través del libro ‘‘Gernika 26 de abril de 1937’’, de esclarecer muchas de las mentiras que se contaron.

Irujo sitúa el bombardeo en el desarrollo de las tácticas militares que iban a emplearse en la II Guerra Mundial. Este profesor de estudios sobre el genocidio defiende que supuso un «punto de inflexión» en la historia de los «bombardeos de terror». «Fue un experimento de guerra. Quirúrgicamente planificado y ejecutado, fue con posterioridad estudiado en detalle mediante el examen de las ruinas durante más de dos semanas. Richthofen, Sperrle, Franco, Mola y los pilotos alemanes e italianos que participaron en el ataque estudiaron los efectos del bombardeo y los aviones de reconocimiento de los tres ejércitos implicados en el mismo tomaron fotografías antes, durante y después del ataque», explica.

«El bombardeo de Gernika fue ejecutado de acuerdo con una nueva estrategia que combinaba el bombardeo de saturación o carpet bombing y bombardeo en cadena o shuttle bombing. Richthofen calculó metódicamente la cantidad total de explosivo, la proporción de bombas explosivas e incendiarias, así como el orden en que fueron lanzadas y la formación de vuelo de los bombarderos y cazas», desvela el historiador.

Añade que «la densidad relativa del bombardeo no tuvo precedente». Alrededor de 70 bombarderos Junkers Ju52, Dornier Do17, Heinkel He111 y Savoia-Marchetti SM.79 golpearon el centro urbano, un área de un kilómetro cuadrado, durante casi tres horas y media lanzando un total de entre 31 y 47 toneladas de proyectiles explosivos e incendiarios». La guerra española y acciones como la de Gernika, subraya el investigador vasco, convirtieron a Hermann Göring, comandante supremo de la Luftwaffe, «en el segundo hombre fuerte del Reich al inicio de la II Guerra Mundial». El propio mando nazi barajó la posibilidad de que el ataque fuera una semana antes, el lunes 19 de abril, «un día antes del cumpleaños de Hitler, si el tiempo lo permitía».

Xabier Irujo advierte de que la dimensión de la fuerza aérea alemana destinada al frente vasco era «tremenda». Frente a los ocho cazas Polikárpov I-15 ubicados en el aeródromo de Lamiako, en Leioa, «en abril de 1937, 35 de los 51 bombarderos alemanes en el conjunto de la Península Ibérica (68,6 %) se encontraban destinados en el frente vasco. Por su parte, la Aviazione Legionaria tenía aproximadamente 83 aviones (de ellos 18 bombarderos) actuando en Euskadi».

Las características de los aviones permitieron que las bombas horadaran hasta seis plantas en un edificio con estructura interior de madera, «penetrando como cuchillos». «Las bombas tenían espoleta de efecto retardado, especialmente cuando los bombarderos volaban a baja altura como aquel día, a fin de que la explosión ocurriera una vez que la formación de tres bombarderos había pasado por el lugar de detonación. Las bombas estallarían con un retardo de uno o dos segundos, que era el tiempo que necesitaban para atravesar un edificio de tres o más plantas. Al explotar a nivel de suelo el efecto destructivo de la detonación en el conjunto del edificio era mucho mayor. En calles estrechas como la de Andra Mari el efecto destructivo de la explosión se intensificaba, ya que la presión del aire unida a la metralla y los fragmentos de piedra o grava expelidos por el estallido podían dañar gravemente la base de las edificaciones, hasta desplomarlas», explica.

La orden partió de Franco

Xabier Irujo no tiene dudas al señalar a Franco como el que ordenó el bombardeo. Le atribuye la potestad para autorizar esos ataques sobre centros urbanos. «Cualquier otra hipótesis carece de fundamento documental y responde en su caso a un debate generado por la literatura revisionista o reduccionista de este hecho histórico», defiende. Además, subraya que permaneció en el puesto de mando del general Solchaga todos los días que duró la operación hasta ocupar Bilbo. «La única razón de que no existan órdenes de bombardeo firmadas –destaca el investigador– es que ni Franco, ni Mola, ni Kindelán querían firmar esas órdenes ni hacerse responsables de sus acciones. El informe sobre pilotos alemanes e italianos es muy preciso a este respecto: ‘Las órdenes para los servicios las suelen dar siempre por teléfono. Lo mismo a la caza que al bombardeo’».

Irujo resalta que fue el propio Franco quien el 27 de abril a las 7.00 dio la orden de negar que Gernika había sido bombardeada, «disponiendo que se diga que eran los ‘rojos’ los que en su retirada incendiaban los núcleos urbanos». Esa misma consigna se repitió en los ataques a Eibar, Irun, Lekeitio, Durango y otras localidades vascas afectadas por bombardeos fascistas.

En cuanto a la razón para elegirla, además del profundo significado cultural, social y político de la villa foral vizcaina, apunta a que era «una ciudad abierta, sin defensas de ningún tipo, dedicada al cuidado de los refugiados y de los heridos provenientes del frente». Algunos testigos, como Alberto Onaindia, estiman que aquel día podía haber en Gernika en torno a 12.000 personas. «Esta concentración de civiles, no habituados a reaccionar ante un ataque aéreo, ofrecía una oportunidad única para experimentar ametrallamientos aéreos que, junto con el examen de los efectos de las bombas incendiarias, constituía uno de los principales elementos de estudio del bombardeo. No en vano, aunque este ataque ha sido denominado ‘bombardeo’ de Gernika, participó un mayor número de aviones de ataque a tierra que de bombarderos», argumenta el historiador.

En el libro se incide en que no es casual que no haya un registro de muertos y apenas restos humanos ya que, durante 40 años de dictadura se prohibió incluso mencionar que Gernika fuera bombardeada. El primer censo es de 1992, «partiendo de los pocos testimonios y documentos que pudieron ser rescatados».

 

Teatro, exposiciones, seminarios y solidaridad con los refugiados para conmemorar la efeméride

Gernika conmemora el 80 aniversario con un sinfín de actos promovidos por colectivos e instituciones. Mañana, al mediodía, se llevará a cabo la donación de los testimonios logrados por el estadounidense William Smalwood de los supervivientes al Museo de la Paz. A continuación, Smalwood, más conocido como Egurtxiki, presentará el libro en euskara ‘‘El día que Gernika fue bombardeada», con la participación de Xabier Irujo.

Irujo participará, a partir de las 18.00, en el Astra, en una mesa redonda promovida por Gernika Batzordea, con Iñaki Egaña, Ingo Niebel y María González Gorosarri bajo el título ‘‘Gernika: Historia viva y memoria’’. El martes se profundizará en la situación política de Catalunya, a las 19.00. Paralelamente, esos dos días, tendrá lugar un seminario sobre ‘‘Los bombardeos de Euskadi (1936-1937)’’ con la participación del propio Xabier Irujo, Paul Preston y Ángel Viñas, entre otros especialistas.

El miércoles, cuando se cumplen los 80 años del ataque, en Lizeo Antzokia, a las 12.30, se entregarán los premios Gernika por la Paz y la Reconciliación al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; al líder de las FARC Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ y al fotoperiodista Gervasio Sánchez. A las 10.30, se homenajeará a los periodistas George Steer y Mathieu Corman que relataron lo que sucedió en la villa en 1937, exteniéndose el reconocimiento a todos los profesionales que cubren los conflictos bélicos por el mundo. A las 16.00, sonará la sirena y repicarán las campanas. Luego, en el cementerio de Zallo, responso y ofrenda floral a las víctimas. A partir de las 19.00, el teatro popular de ‘‘Gernika Sutan’’ se adueñará de las calles antes de la manifestación silenciosa con velas que convoca Gernika Batzordea a las 21.30.

El encuentro internacional Ongi Etorri Gernika 2017 se convertirá los días 29 y 30 en una movilización en favor de los derechos humanos. Y ese sábado habrá también un Foro Social especial dedicado a la convivencia. A.G.