Koldo LANDALUZE
DONOSTIA

«Los Simpson», treinta años de disfuncionalidad amarilla

En plena conmemoración de su treinta aniversario, «Los Simpson» está considerada como una de las producciones más influyentes y favoritas de los espectadores en todo el mundo.

El pasado 19 de abril, Fox y Atresmedia –los dos canales de televisión que emiten “Los Simpson” a nivel estatal– unieron sus esfuerzos para declarar dicho día como “El día mundial de “Los Simpson’”. Dejando a un lado dicha operación publicitaria, merece la pena sumergirse en la apasionante crónica de un espacio que, treinta años después de la emisión de su primer episodio, continúa seduciendo a millones de espectadores.

La odisea catódica del clan disfuncional por excelencia comenzó a finales de 1985, cuando el por entonces productor ejecutivo del programa “The Tracey Ullma Show”, James L. Brooks, quedó fascinado con una tira cómica titulada “Life in Hell” creada por un tal Matt Groening. En su intento por recabar material de entreactos para el programa, Brooks llamó a Groening para que trabajara en el programa. En un principio, esos entreactos iban a ser protagonizados por los personajes de “Life In Hell”, pero Groening, queriendo proteger a sus exitosos personajes de un posible fiasco catódico, ideó una nueva troupe que respondía al apellido Simpson y cuyos nombres correspondían a los integrantes de su propia familia.

De esta manera, la tribu amarilla apareció por primera vez en los televisores estadounidenses el 19 de abril de 1987 con el cortometraje titulado “Good Night”. Estos cortos, con una duración de 15 minutos, fueron íntegramente escritos por Matt Groening y dirigidos por David Silverman, Wesley Archer y Bill Kopp.

En total se crearon 48 cortos y gracias al éxito cosechado, el 14 de mayo de 1989 cobró forma un especial navideño que supuso el primer episodio de 20 minutos de la historia de “Los Simpson”. A pesar de la fama que ya tenían los Simpson gracias a los cortos, Fox dudaba sobre la conveniencia de crear una serie de animación destinada al prime time. Los dibujos en dicha franja se consideraban entonces cosa del pasado, ya que ningún programa de animación había triunfado en este horario tan peligroso como destacado. Sin embargo, el espectacular comienzo de la serie disipó todas las dudas de la cadena Fox y el riesgo asumido fue recompensado con creces.

Muchos analistas y críticos de televisión han coincidido en afirmar que, de no ser por Los Simpson, la Fox hubiera dejado de existir hace ya mucho tiempo.