Raimundo Fitero
DE REOJO

Acordeonista

Creía que Carlos Iturgaitz no seguía cobrando del erario público y mucho menos que se pusiera hasta allí de mejillones con mantequilla en Bruselas, a cuenta de su ignorancia supina y de ser un inútil más del PP que mandan a Europa para que no moleste demasiado y pagarle los servicios prestados. Pero ha aparecido de repente el acordeonista para recordarnos su alto nivel intelectual, su profundidad de análisis político y asegurar en las redes, en nombre de su propia libertad de expresión que todos los que silbaron al himno español en la final de la Copa del Rey eran unos hijos de puta.

Este personaje es una de esas alteraciones de la condición política y es considerado entre tonto o muy tonto hasta en la banda a la que pertenece. De ser una estrella de los medios cuando su padrino Mayor Oreja le daba más conciertos de acordeón hasta este exilio europeo a precio de lujo, no se le conoce ni una aportación ni al pensamiento ni al no pensamiento político de su banda, es un funcionario que lleva años subido en el avión sin saber hacer ni la equis política en una votación no tutelada.

Se da la circunstancia que una filtración muy interesada nos ha despertado con una supuesta negociación a muy alto nivel, no se ha dicho con exactitud si en el Aneto, el Teide o el Gorbea, entre miembros del PNV y el PP y el gobierno español, para iniciar un plan de acercamiento de presos vascos a cárceles con una distancia máxima de doscientos cincuenta kilómetros de Euskal Herria.

Con muchas condiciones previas, todo son condicionantes para que se asuma como un gesto de benevolencia de los triunfadores y no un derecho. ¿Qué pensará el acordeonista de este asunto? No hace falta ni ir a la maldita hemeroteca, está en contra, él se ha hecho una carrera yendo en contra de la historia y la realidad vasca.