No pudo más. El Ibex se había salvado en las dos jornadas anteriores de caer por debajo de los 10.700 puntos, pero ayer le fue imposible, a pesar de que no hubo noticias negativas y el crudo se mantenía por encima de los 45 dólares en el barril de Brent, nivel recuperado el jueves. Al final, cerró con 10.630,80 puntos, después de perder un 0,74% en su cuarto día consecutivo en rojo. En la semana se deja un 1,20%. En el resto de Europa también hubo retrocesos, aunque menores: Fráncfort cedía un 0,47%, París, un 0,30%, y Londres, un 0,20%.

No fue un día de noticias especialmente negativas para los inversores. Es más, se podía destacar el optimismo mostrado por Mario Draghi en la Cumbre Europea de Bruselas al asegurar que hay una nueva esperanza para Europa y que la incertidumbre permanente ha desaparecido. Sin embargo, como es habitual en sus intervenciones, recordó la necesidad de hacer reformas para consolidar las finanzas públicas y del mantenimiento de la actual política expansiva mientras no suba la inflación. Por otro lado, se publicaron datos de actividad manufacturera y de los servicios a ambos lados del Atlántico en junio. En EEUU no se lograron los niveles previstos, mientras que en la eurozona el PMI manufacturero superaba el pronóstico.

Dentro del Ibex, se notó otra vez el peso de las bajadas del sector bancario. Sabadell, el peor, perdía un 2,18%, y Caixabank, un 1,97%. Todos los grandes cerraron con números rojos: Santander se dejó un 1,04%, BBVA, un 1,01%, Iberdrola, un 0,83%, Inditex, un 0,60%, Repsol, un 0,40%, y Telefónica, un 0,20%. Entre los ganadores, Acerinox e Indra, con subidas superiores al 1%. En París, el peor fue Valeo (-1,48%), al tiempo que Engie (+0,94%) lideró los avances.