Cada noticia que se conoce sobre las obras del Tren de Alta Velocidad es un nuevo sobresalto. De la falta de medidas de seguridad adecuadas a la normativa europea en los túneles de la pasada semana, pasamos a la evidente disparidad de criterios sobre el uso de la red ferroviaria entre Madrid y Lakua de estos dos últimos días.

El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, presentó el lunes en Burgos la primera fase de un estudio informativo sobre la conexión por alta velocidad entre Burgos y Gasteiz. Puso como fecha final 2023, para que coincida con el plazo marcado para la «Y vasca». Y hasta se habló de tiempos de viaje: 2,05 horas para el trayecto Madrid-Gasteiz. Incluso se mencionaron trayectos en los que podría pasarse de los 270 km/h de proyectos anteriores a 350 km/h, para poder ganar «cinco o seis minutos».

Demasiado rápido. El Gobierno de Lakua «considera que la propuesta del Ministerio de Fomento es débil e incompleta, ya que esta línea contempla única y exclusivamente el transporte de pasajeros». La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, sostuvo ayer ante los medios que si el transporte de mercancías no se puede hacer por ancho europeo hasta Burgos y desde allí hasta Portugal, «no nos serviría de nada». Lo único que se estaría haciendo sería trasladar la «ruptura de carga» de Irun a Gasteiz.

Tapia explicó que lo que ocurre en la actualidad es que el tráfico de mercancías por ferrocarril que pasa la muga de norte a sur o de sur a norte se encuentra entre Irun y Hendaia con un cambio de ancho de vía que obliga a «bajar» la carga de un tren y «subirla» a otro. Si se cumplen los planes del Ministerio de Fomento, esa «ruptura de carga» se produciría en Gasteiz, generándose unos kilómetros más al sur los problemas que ya se dan en Irun y que suponen un importante escollo para el transporte de mercancías por ferrocarril.

El modelo del Gobierno de Lakua es que se desarrolle un modelo transeuropeo que permita unir la fachada atlántica continental europea con la fachada peninsular, transportando mercancías desde el norte europeo hasta Portugal o el sur del Estado español. Esto contribuiría a la competitividad, según explicó la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras.

Manda Madrid

Arantxa Tapia confiaba ayer en poder llegar a un acuerdo con el Gobierno español porque «todavía estamos a tiempo», antes incluso de comenzar a hacer alegaciones al proyecto que defina el Ministerio de Fomento. El martes Lakua mantuvo diversas conversaciones con Madrid sobre esta materia, y dejó constancia de su posición a través de un escrito.

El ministerio de Iñigo de la Serna expuso ya en su página web el mismo martes que «seguirá colaborando con el Gobierno Vasco para definir la mejor alternativa posible para la conexión de alta velocidad entre Burgos y Vitoria, y su enlace con la ‘Y Vasca’».

Pero eso no significa que vaya a aceptar el tráfico mixto de pasajeros y mercancías. Fomento se limita a señalar que en una fase posterior, de mayor concreción, «ya estaba contemplado el análisis de la respuesta al tráfico de mercancías dentro del corredor».

La consejera Arantxa Tapia explicó ayer que esta es la tercera vez que se tramita un estudio informativo para el tramo Gasteiz-Burgos, y las tres veces el Ejecutivo de Lakua ha expuesto la misma queja por contemplarse solo el transporte de pasajeros y no el de mercancías.

Si de tres proyectos, en los tres se deja de lado el transporte de mercancías, cabe entender que el Gobierno español no apuesta por el carácter mixto de ese tramo. Se le preguntó a la consejera si entendía que esto era «un olvido o intencionado». Tapia respondió que «no voy a juzgar, pero desde luego en el Estado siempre se le ha dado prioridad a los pasajeros».

Es preciso aclarar que aunque el Ejecutivo de Lakua haga suyo el proyecto de la «Y vasca» y tenga la encomienda de la construcción del tramo guipuzcoano, el Tren de Alta Velocidad es un proyecto del Gobierno español que, aunque esté engarzado en programas europeos, es quien determina las características de la red.

Transporte cuestionable

Por la orografía del territorio y por la «apuesta» por el modelo mixto de transporte, la «Y vasca» está diseñada para una «velocidad baja». Frente a medias de más de 300 km/h en otros puntos del Estado, en la CAV se ha buscado una «horquilla de compatibilidad» de velocidades máximas de 230-250 km/h para viajeros y velocidades de 90-110 km/h para las mercancías.

Estudios técnicos consideran que en la práctica la convivencia de los dos tipos de transporte en la misma vía en un territorio tan pequeño es insostenible.

Otra de las debilidades del deseo de Lakua de que el transporte de mercancías llegue por ancho europeo hasta Portugal es que, más allá de los problemas en la meseta castellana, el Estado luso ha aparcado sus proyectos de líneas de alta velocidad y vías con ancho europeo

Pero, en cualquier caso, estas alusiones al transporte de mercancías son vistas por algunos técnicos como una «excusa» para hacer más digerible el proyecto de la alta velocidad, puesto que solo el 1% de las mercancías se mueve por ferrocarril en la fachada atlántica.