El mapa de fosas de Nafarroa ha registrado una importante actualización en la que se da cuenta de las 76 actuaciones que ha venido realizando el Ejecutivo desde que llegara el nuevo Gobierno. Así, se han incorporado datos de 22 nuevas fosas y se ha actualizado la información de la que se dispone sobre otras 38. Estos nuevos detalles aportan novedades en cuanto a personas concretas que están enterradas. De este modo, se incluyen 21 nuevas víctimas, además del lugar de enterramiento de otras 49 personas.

El Mapa de Fosas arrancó en 2015 y se ha ido rellenando gracias al trabajo previo de las asociaciones memorialistas (una de sus fuentes principales ha sido “De la Esperanza al terror”, que va ya por su novena edición), así como a recuerdos de los familiares de los muertos, que han encontrando distintos lugares de enterramiento gracias, en muchas ocasiones, a testigos de aquellos actos. Este mapa –cuya elaboración está siendo llevada a cabo por la empresa pública Tracasa (especializada en cartografía)– contiene los datos de geolocalización de todos los enterramientos de los que se tiene noticia. Asimismo, también se incluye información sobre las acciones que se han realizado en cada uno de esos lugares.

Con esta última actualización, se ha añadido el detalle de la exhumación de los restos de 54 personas, de las que se ha podido identificar a 14 gracias a la creación de un banco de ADN. También se da cuenta de las nuevas prospecciones que se han realizado estos dos últimos años en busca de nuevas fosas, así como de zonas donde se tiene noticia de que hay más personas, pero en las que debido a lo inconcreto de los testimonios los cuerpos siguen sin hallarse.

Los datos están disponibles para cualquier ciudadano (en la dirección fosas.navarra.es) y dispuestos con rigor para su estudio. Así, pinchando sobre cada punto señalado en el mapa, se accede a un extracto de información en la que se recogen: las fuentes que permitieron localizarla, el número de personas identificadas y sin identificar, si ha sido intervenida o solo prospectada y también una imagen del lugar. Si los restos fueron trasladados a otro sitio, también queda señalado el nuevo emplazamiento. Esto sucedió, sobre todo, en los primeros años tras la muerte de Franco, cuando algunas localidades navarras recogieron restos de las fosas donde había vecinos suyos para llevarlos al cementerio.

Otro de los apartados de interés es un buzón de recogida de nueva información, pues siguen dándose nuevos hallazgos y el mapa sigue abierto. Por otro lado, el Gobierno de Nafarroa trabaja también con un banco de ADN que permite la identificación exacta de las personas enterradas, pero para que sea efectivo hace falta que familiares directos de desaparecidos se presten a realizarse las pruebas.