Agustín GOIKOETXEA
ARRASATE
CRISIS EN EDESA INDUSTRIAL

CNA Group busca ventaja para fidelizar la popular marca Fagor

La dirección presentará el lunes el anunciado ERE de extinción para los 300 trabajadores de Edesa Industrial y Geyser mientras busca sacar adelante su plan de control de la marca Fagor.

Pocas novedades tras la reunión mantenida ayer por la mañana entre la dirección y el comité de Edesa Industrial, perteneciente a CNA Group. En el encuentro, los representantes de los trabajadores comunicaron oficialmente a la empresa que rechazan su última propuesta, tal y como acordaron el miércoles en asamblea, mientras los responsables de la filial del grupo catalán les informaron que su intención es la de formalizar el lunes el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que afectará a la totalidad de los 300 componentes de la plantilla.

La única «novedad» es el aplazamiento del inicio del despido colectivo, que el martes dijo el propietario de Edesa Industrial se iba a hacer «en cualquier caso» de ayer al lunes. La dirección les comunicó que presentarán el citado expediente que afectará a toda la plantilla de Edesa Industrial y a su filial Geyser. Pasado mañana está previsto que ambas partes vuelvan a mantener un encuentro para tratar de acercar posturas.

Edesa Industrial, a través de un comunicado, argumentó que «ante la situación» creada al ser rechazada su propuesta «se ve en la necesidad de iniciar un despido colectivo». Lo cierto es que, según llevan advirtiendo los trabajadores, ese movimiento estaba previsto aunque aceptasen el «ultimátum» de la dirección. Ayer insistieron en que se trataba de una medida que se iba a adoptar «independientemente del apoyo o no de la plantilla al proyecto».

Un ERE con 300 despidos

Tras el despido de las 300 personas y el cierre de la planta de Garagartza (en Arrasate) que albergó la emblemática Fagor Electrodomésticos, la filial de CNA Group prometió rescatar a 160 operarios para ensamblar hornos dependiendo de cómo fueran las conversaciones.

La razón que esgrime la compañía y que repitió ayer en su comunicación oficial es que el ERE viene forzado por «la actual situación de tesorería». Además, insiste en que hay «necesidad de ajustar la estructura» para evitar el cese de la actividad.

«Edesa Industrial ha hecho el mayor esfuerzo posible para conservar el mayor número de empleados, siempre que se contase con la aprobación del plan por la parte social y con el aporte financiero del socio inversor», explicó la empresa en la línea de lo que viene defendiendo desde que presentó su último plan de viabilidad.

La compañía que controla CNA Group sostiene que su objetivo «ha sido siempre mantener la producción y continuar con la actividad, para lo cual es necesario un reajuste de la plantilla». La medida supone el despido de 167 trabajadores y el cese de la producción en Garagartza, todo un símbolo de la marca Fagor; el verdadero objetivo, a juicio de la parte social, que persiguen los empresarios en este momento.

La alternativa de los trabajadores es que Garagartza fabrique los productos de mayor valor añadido que se pueden hacer con la maquinaria actual, que son hornos y placas.

El cierre de la planta de Arrasate, donde ayer hubo una concentración, supondría para la representación de los trabajadores «renunciar de facto a apostar por un proyecto industrial». Acusan a CNA Group de buscar «un cheque en blanco que le permita pegar un pelotazo comercializando con la marca Fagor y haciendo desaparecer progresivamente la fabricación». Es más, aseguran que el grupo que preside Jorge Parladé «ha llegado a un acuerdo con una gran multinacional» para fabricar productos fabricados fuera bajo la marca Fagor.

Supuesto plan de crecimiento

En febrero, en un encuentro con los medios de comunicación, Parladé informó de un plan de crecimiento que incluía la apertura de tres fábricas en Asia, Oriente Medio y África de la mano de sociedades mixtas con socios locales, con el objetivo de abaratar costes y poder competir con los grandes fabricantes chinos y turcos de electrodomésticos.

Tras la reunión, el comité de empresa insistió en que Garagartza «es lo único que garantiza que pueda haber un proyecto de fabricación sostenible en el tiempo». La representación de los trabajadores defendió que, por las gestiones que han realizado, están convencidos de que «es posible la adecuación del inmueble a las necesidades productivas».

La empresa repite que «seguirá negociando» con las distintas partes implicadas. La postura de una de ellas, Fagor S.Coop, parece que es fundamental al ser la propietaria de la marca con la que el grupo catalán pretende comercializar algunos de sus productos.

 

Los trabajadores seguirán luchando por un proyecto sostenible

El comité de empresa de Cata Fagor reiteró en el comunicado difundido ayer después de mantener el encuentro con la dirección de CNA Group que seguirá «luchando por un proyecto sostenible que genere empleo». Con ese objetivo, avanzó que en las próximas jornadas dará a conocer las diferentes movilizaciones que van a realizar, además de continuar los contactos con las partes implicadas.

Los representantes de los trabajadores, por cierto, tienen prevista el lunes una reunión con los responsables del Ejecutivo de Lakua para trasladarles su situación y solicitar su apoyo. Apelan a que la situación de la empresa constituye «un drama a nivel social». Uno de los puntos que se tocó en la asamblea del pasado miércoles es que el Gabinete Urkullu se pronuncie de forma «nítida» acerca de lo que está sucediendo en Edesa Industrial. Ayer, en la concentración, insistieron en el papel que debe jugar el Gobierno autonómico en la búsqueda de una solución.

Ese mismo pronunciamiento es el que piden a Mondragon al ser la poseedora de la marca Fagor a través de Fagor S.Coop y también a la sociedad de gestión de bienes inmobiliarios Ekimen Berri.

A los trabajadores les preocupan los planes de la empresa de no apostar por los jóvenes, después de que CNA Group haya propuesto que «todas las personas mayores de 50 años se queden trabajando».A. G.

 

Cronología

Octubre 1956

Cinco antiguos alumnos de la escuela de formación profesional de Arrasate (Luis Usatorre, Jesús Larrañaga, Alfonso Gorroñogoitia, José María Ormaetxea y Javier Ortubai) compran el taller Otalora, en Gasteiz, que disponía de licencia para fabricar aparatos de uso doméstico. Llamaron a la empresa Ulgor, palabra formada por las iniciales de sus apellidos

Enero 1959

Influenciados por las ideas del cura José María Arizmendiarrieta, transforman la empresa en cooperativa. Se trasladan de Gasteiz a Arrasate y registran la marca Fagor, después de que les fuera imposible Tagor. A partir de entonces, Fagor es el santo y seña de la firma aunque hasta 1990 su denominación oficial fue Ulgor. La cooperativa contribuyó a la formación de otras, a la de Caja Laboral (1959), la Escuela Politécnica y el embrión de Mondragon Corporación Cooperativa en 1964.

Enero 2007

La crisis y los competidores de bajo coste provocan una caída de las ventas en el principal fabricante del Estado español y quinto europeo de línea blanca. Su presencia comercial se extiende a 130 países de todo el mundo, en los que opera a través de diez marcas comerciales.

Octubre 2013

Fagor Electrodomésticos entra en concurso de acreedores al acumular una deuda de cerca de 1.000 millones de euros después de cinco años de pérdidas. Mondragon comunica su decisión a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a los casi 5.700 trabajadores con los que contaba, 1.600 de ellos en cinco plantas en Euskal Herria. La mayoría de los afectados son recolocados en otras cooperativas del grupo, unos cuantos prejubilados o jubilados y otros se quedan en Edesa Industrial y su filial Geyser.

Julio 2014

CNA Group, a través de la empresa Cata, adquiere los activos de la antigua cooperativa Fagor Electrodomésticos por algo más de 42 millones de euros y anuncia un plan para reanudar la actividad en su planta de Arrasate. La firma –que se hace con la explotación de las marcas Fagor, Aspes, Edesa y Splendid– apuesta por primar los beneficios sobre el empleo.

Julio 2017

CNA Group presenta un preconcurso de acreedores al acumular una deuda de 100 millones de euros, anunciando un plan de viabilidad que contempla despidos y el cierre de la emblemática planta de Garagartza, en Arrasate. Supedita la viabilidad de Edesa Industrial a la refinanciación de la deuda.