Beñat ZALDUA
BARCELONA
RUMBO AL PLEBISCITO

Hoy, Diada masiva para poner el referéndum en manos de la gente

Los más de 400.000 inscritos con antelación auguran una nueva multitudinaria movilización para la Diada Nacional que se celebra hoy en Barcelona bajo la batuta de la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural. El objetivo: mostrar el grueso social que apoya y deberá hacer posible el referéndum del 1-O frente a las amenazas del Estado.

Es la hora de la gente. La semana pasada el protagonismo estuvo en manos del Parlament, que aprobó la Ley del Referéndum, y del Govern, que convocó el 1-O y tiene en marcha toda la logística para hacerlo posible. Hoy, con la ayuda de una nueva Diada previsiblemente masiva, el camino hacia el plebiscito sale a la calle. Allí donde, vista la determinación del Estado para frenarlo, se decantará la balanza.

Con cerca de 400.000 inscritos y todos los tramos de la movilización prácticamente llenos, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural tienen garantizada una nueva jornada de éxito movilizador. El cruce entre el Passeig de Gràcia y la calle Aragó, en el corazón del Eixample, será el epicentro de la movilización, con permiso de la plaza Catalunya, donde se celebrarán los discursos a cargo de los presidentes de las entidades soberanistas. El objetivo: visualizar un enorme símbolo de suma (+) de color amarillo fosforito –así son las camisetas de este año–.

Los participantes están llamados a ocupar sus puestos para las 16.00, aunque el momento culminante de la movilización, como cada año, llegará a las 17.14, cuando las cuatro pancartas –cada una con un mensaje– que saldrán de cada uno de los extremos confluirán en el centro de la multitud. Será el principal foco de atención en una jornada repleta de actos para todos los gustos, desde la anual manifestación de Rescat por la libertad de las presas políticas hasta la más institucional ofrenda floral matinal a Rafael Casanova, héroe de la defensa de la ciudad en el sitio de 1714; pasando por el acto de Catalunya en Comú y Pablo Iglesias en Santa Coloma de Gramenet o el acto político con el que la CUP cierra el día al lado del Fossar de les Moreres, la fosa en la que yacen los restos de los barceloneses que defendieron la capital catalana hasta aquel 11 de setiembre de hace 303 años en que cayó en manos de los Borbones.

Pero no hace falta llamarse a engaño. Hoy por la noche apenas se hablará de otra cosa que no sea la manifestación de la ANC y Òmnium. Los 1.800 autobuses fletados a la ciudad o los 800 periodistas acreditados dan buena muestra de la dimensión de una movilización en la que también participará, igual que el año pasado, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont. En el discurso institucional habitual previo al 11 de setiembre, ayer subrayó que «no es una Diada cualquiera» y defendió el 1-O: «Las urnas son para todos, para los que quieren una Catalunya independiente y para los que legítimamente quieren continuar formando parte de España. Las urnas unen, no dividen, porque en las urnas caben todos. Lo que divide, lo que degrada la democracia, es no dejar votar». «Será un referéndum con todas las garantías, el Govern ya lo tiene todo a punto», remató.

No falta quien lo pone en duda, pero la sensación de que esto no tiene freno se expande también entre el unionismo. «Hay que ser justos, lo tienen muy jodido para impedirlo», se le escapó ayer al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sin saber que un micrófono grababa sus palabras.

Por lo demás, ayer fue un día de tregua política en Catalunya, después de las intensas horas vividas esta semana y las que, a buen seguro, llegarán en los próximos días. Eso sí, que Catalunya se va convirtiendo en uno de los focos de atención (al menos) del mundo occidental. Empieza a quedar claro tanto por el nivel de las adhesiones que va generando –ayer fueron el exministro de finanzas griego Yannis Varoufakis y el fundador de Wikileaks, Julian Assange, quienes defendieron el 1-O– como por los ojos que se posan sobre la Diada y el referéndum. “New York Times” y “Washington Post”, por ejemplo, abordaban ayer el conflicto entre Catalunya y España con amplios reportajes firmados desde Barcelona.

El tramo vasco

Hoy no faltarán tampoco, como cada año, las ikurrinas y las camisetas verdes de la red Independentistaka, que este año cuenta con tramo propio en la movilización de la tarde –entre la Gran Vía y la plaza Catalunya–. Antes, a las 15.00 saldrán en kalejira desde la Euskal Etxea, en el Born.

También será nutrida la representación de la izquierda soberanista –con el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, a la cabeza–, tanto en los actos institucionales como en la manifestación de las entidades soberanistas. Una delegación del PNV participará también en la ofrenda floral de la mañana, pero no consta que vayan a estar en la manifestación.

 

El sindicalismo se mueve ante la cita del 1 de octubre

La víspera de la Diada también sirvió para que numerosos sindicatos, de Catalunya, Euskal Herria y otros pueblos del Estado español, plasmasen su apoyo al referéndum del 1-O con un manifiesto conjunto que, tras su firma, fue presentado al público en el barrio de Gràcia.

«Es la democracia y el derecho a la autodeterminación de los pueblos lo que está en juego este 1 de octubre», se lee en el manifiesto, en el que los firmantes –LAB, ELA, Steilas y ESK en Euskal Herria– se comprometen a movilizarse y a «ser parte activa en la defensa del referéndum». Por dos motivos: «Porque estamos convencidos de que será la movilización y la activación popular la que hará posible este 1 de octubre (...) y porque entendemos que el camino que ha abierto Catalunya es una oportunidad para la clase trabajadora del resto de las naciones y los pueblos del Estado español para conseguir unas condiciones de vida mejores y una sociedad mucho más democrática y justa».

Además de esta iniciativa impulsada en Catalunya por la Intersindical CSC, COS e IAC, también han saltado en los últimos días a la palestra las posiciones de los sindicatos mayoritarios en el Principat: UGT y CCOO. Si bien no han dado su apoyo explícito al referéndum, han evitado mojarse. En el caso de UGT, su Consejo Nacional catalán ha dejado que sean sus afiliados –entre los que hay también numerosos independentistas, aunque cueste entenderlo en Euskal Herria– quienes decidan: «Cada uno de nosotros, integrados en una organización profundamente democrática, debe poder decidir libremente su posicionamiento ante el 1 de octubre, tanto sobre su participación o no, como sobre el sentido de su voto».

Una posición similar a la de CCOO en Catalunya, que en su manifesto sobre el referéndum recuerda su compromiso con el derecho a la autodeterminación y defiende «la libertad de posicionarse» respecto a la participación en el 1 de octubre.B.Z.