Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Fomento rechaza el plan de Ayerdi y quiere licitar obra de TAV este año

La reunión de urgencia solicitada por Manu Ayerdi para tratar de salvar que sea Nafarroa quien licite las obras de TAV que quedaron paralizadas en 2012 no ha dado fruto. Fomento dice que no puede esperar más y que hay que licitar obra este año, y añade que la contrapropuesta que llevó en persona Ayerdi supondría «un año en blanco».

El acuerdo que firmó UPN para adelantar las obras del TAV se va al traste por un retraso ridículo. Fomento, que tiene paradas las obras desde 2012, asegura que sí o sí hay que licitar un nuevo tramo antes de que finalice el año, para que las máquinas puedan ponerse en marcha en 2018. Sin embargo, el montante y el tramo que quiere iniciar es bastante pequeño. Se trata de menos de 20 kilómetros (Alesbes-Erriberri) y 73 millones de euros. Para poder acometerlo, Madrid rompe un convenio que contempla una inversión de 890 millones. La cifra de los 73 millones salió de un acuerdo previo entre PP y UPN para apoyar los Presupuestos de Madrid.

La decisión comunicada anoche ya había sido adelantada por el ministro Íñigo de la Serna. Para Fomento, la propuesta que llevó ayer el vicepresidente navarro resulta «inasumible». Sin embargo, a lo único que se agarran es a que las obras no podrían comenzar en 2018, al no estar dispuesto el Gobierno a consignar una partida presupuestaria para ello (sus socios han anunciado que bloquearían unas cuentas así). Por tanto, considera que la oferta de Ayerdi es «una maniobra dilatoria».

No obstante, según se desprende de la nota, Ayerdi sí que les dio otra solución, que era conseguir financiación a través del Convenio. «La propuesta del Gobierno navarro condiciona la firma del convenio para el TAV con la firma del Convenio Económico para la Comunidad, cuando en ningún caso ha formado parte de la negociación». Ayerdi había señalado públicamente que, a través de esta vía, se hubiera podido licitar en el primer trimestre de 2018.

La negociación cruzada

Nafarroa y Madrid viven unas semanas cruciales. Además de las obras del TAV, lo que se está discutiendo es la aportación al Estado, unas fórmulas que quedaron patas arriba cuando se descubrió la chapuza del IVA de Volkswagen. Estas negociaciones son quinquenales, pero UPN fue incapaz de resolver este desencuentro, que debiera de haberse firmado en 2015.

Desde el Gobierno de Nafarroa se ha trasladado la esperanza de que esta negociación pueda cerrarse en tan solo semanas. El propio Ayerdi avanzó que todo se encontraba ya en fase de «voluntad política». Dependiendo de cómo figurara la inversión del TAV en este acuerdo, el vicepresidente navarro hubiera tenido margen de maniobra para licitar el nuevo tramo.

Choque de trenes por un avance mínimo en un convenio que todos saben que ha muerto

La licitación de las obras del TAV en el tramo Alesbes-Erriberri ha generado un conflicto de primera magnitud, a tenor de los cargos de los principales intervinientes. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, lleva concedidas ya dos entrevistas a “Diario de Navarra” demostrando tener un inusitado gesto con este medio local, en el que se ha despachado muy agriamente con el Gobierno navarro entrando además en cosas de política interna . «El Gobierno de Navarra ha elegido el acuerdo de Gobierno antes que el TAV», llegó a asegurar.

Pero también la presidenta de Ejecutivo navarro buscó este fin de semana un acto más desenfadado de lo habitual (el inicio de curso político de Geroa Bai, donde intervino más como líder del partido que como lehendakari) para tratar este conflicto institucional. Tachó de «desfachatez» la decisión del Ministerio de anular el convenio por una dilación de tres días cuando no se licitaba un metro de vía desde 2012. Detrás de todo ello Barkos ve la mano de UPN, a quien acusó de jugar al peligroso juego de perjudicar a toda Nafarroa para ganar rédito político.

Mientras, el convenio que se da por roto no alcanza ni la mitad del trazado que, teóricamente, tendrá el Corredor Navarro, y además solo se ha ejecutado un 10% en siete años. Sus estudios económicos están caducos, nadie sabe su coste real. En el fondo, todos saben que ese pacto está ya viejo.A.I.