REUS 0

OSASUNA 0

Osasuna acaba con su racha triunfal, pero sigue sumando fuera de casa en un encuentro muy trastabillado, con escaso fútbol y también determinado por el mal estado del césped. Los de Diego Martínez arrancaron un empate del Estadi Municipal de Reus, donde dejaron sensaciones contrapuestas, con fases en las que demostraron ir a por la victoria y otras de cierto conservadurismo.

El punto obtenido en tierras catalanas sabrá mejor si la escuadra rojilla consigue vencer al Sporting en El Sadar dentro de una semana, un encuentro a priori entre dos de los gallitos de la categoría. No transmitió esa sensación el equipo navarro en buena parte del choque de ayer, jugando con fuego en algunos lances y permitiendo aproximaciones al rival que le pudieron costar bien caro.

Bien diferente a lo que sucedió en los primeros compases del envite, en los que Osasuna salió bastante mandón, sólido y bien posicionado. Un remate de cabeza de Quique –el más activo en ataque junto al intermitente Mateo García– tras corner botado por Roberto Torres en el tercer minuto confirmó dicha tendencia. Lo cierto es que duraron bien poco esos buenos momentos, coincidiendo con un tramo embarullado del partido.

Ahí se manejó mejor el Reus, guardando la ropa y saliendo rápido a la contra, que bien pudo marcharse con ventaja al descanso, de no ser por la solvente manopla de Sergio Herrera. La tendencia conformista de los ayer amarillos se extendió al inicio de la segunda parte, con continuos errores en la circulación del esférico y muchos resbalones por la irregularidad del terreno de juego.

Quique coge el mando

Fueron los peores minutos del cuadro navarro, que sufrió más de lo debido con las oportunidades de que dispusieron Vaz –zurdazo centrado– y Ledes, de una falta directa que se marchó arriba. La tendencia del choque no pintaba nada bien, sobre todo por lo acostumbrados que nos tiene Osasuna a pifiarla en los últimos instantes. Sin embargo, los anfitriones, nuevos en la categoría, se quedaron sin gasolina, circunstancia que aprovecharon los de Diego Martínez para dominar e irse a por los tres puntos, aunque no a tumba abierta y con precauciones.

Ahí fue Quique, desaparecido hasta el último cuarto de hora, quien sobrellevó el peso ofensivo, con varias jugadas individuales de mérito, a las que les faltó el posterior acierto en el disparo. La más clara, un remate raso que tuvo que parar en dos tiempos Badia. Un Osasuna de dos caras, pero que sigue invicto por cuarta jornada consecutiva, un dato a tener en cuenta.

Primer choque entre ambos equipos

El encuentro de ayer fue histórico, dado que era la primera ocasión en la que Osasuna y Reus se medían de manera oficial. Los catalanes son un club que en su trayectoria se ha manejado casi siempre en Tercera.

El exrojillo Lekic jugó en el último cuarto de hora

Dejan Lekic, viejo conocido de la afición rojilla, saltó al terreno de juego para el último cuarto de hora. El gigantón apenas tuvo incidencia –forzó alguna falta– en el juego directo que empleó el Reus en el tramo final.