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IOAR y LAPLANA, uno de los mejores recorridos jamás hecho

Estamos ante uno de los mejores recorridos que he reseñado jamás. La ascensión desde el Santuario de Codés al Ioar por ese característico embudo que forman los paredones de la cara sur es, simplemente, espectacular. Y no solo eso, se trata de un recorrido que discurre casi en su totalidad por senderos, preciosas vistas, Santuario con historia, impresionantes paredones, varios kilómetros de andar por el cresterío del monte, pasos de escalada, contraste de vegetación entre la ladera sur y la norte y un largo ecétera. Sería imposible resumir en este apartado todas y cada una de las cualidades de esta ruta, mejor si vais y la probáis por vosotros mismos. Podremos tener diferentes preocupaciones en esta vida, pero el día de hoy lo vamos a disfrutar y nada ni nadie podrá impedirlo.

Desde el aparcamiento superior del Santuario de Codés, mirando hacia el norte, salen tres caminos. Nosotros cogeremos el sendero de la derecha. Dicho sendero asciende por toda la vaguada del embudo, buscando la única brecha que no han conseguido cerrar los paredones que tenemos tanto a izquierda como a derecha. En un momento dado, el sendero se pone un pelín vertiginoso, aéreo, para salir, acto seguido, a un collado.

En dicho collado cogeremos otro sendero que nace a la izquierda. Este nos llevará, en un principio, por un bosque de hayas. Después, saldremos al filo del monte. Ascendiendo por él, llegaremos sin pérdida a la cumbre del Ioar (1.417 m). ¡Buen comienzo!

Volveremos sobre nuestros pasos de nuevo al collado y, esta vez, cogeremos un sendero que nace a la derecha. Dicho sendero nos llevará por toda la loma hasta el filo de la montaña. Aquí tenemos dos opciones, la primera consiste en seguir por la izquierda, esto es, por el bosque, evitando la cresta de Laplana. La segunda, en cambio, consiste en ir por la misma cresta. Dicha cresta es algo aérea y con unos pasitos de I-II, muy fácil. Sin embargo, el peligro de la misma radica en su exposición, no en su grado. Por lo que, si os decidís hacerla, os recomiendo que llevéis una cuerda de escalada para aseguraros. Justo antes de llegar a la cumbre, podremos de nuevo ‘rascar’ otro tramito de escalada, saliendo así directos a la cumbre de Laplana (1.338 m). ¡Esto marcha!

Con las pilas bien cargadas, desde dicha cumbre, continuaremos un poquito más hacia el este hasta llegar a un sendero que sale a la izquierda dirección norte. Este sendero atraviesa un bosque de hayas para, de repente, salir a una zona de bajo matorral. A partir de ahora, lo que toca es avanzar por un sendero muy bonito por todo el filo de la montaña, viendo todo el paisaje que se extiende tanto a la ladera norte como a la sur, una gozada vamos.

Casi sin darnos cuenta, llegaremos al Puerto de Nazar, punto culminante del camino que, en antaño, unía Campezo con Nazar. En este punto, torceremos a la derecha para descender por la ladera sur del monte Costalera. Avanzaremos por el camino hasta que nos encontremos un desvío a la derecha marcado con mojones. De ahora en adelante, seguiremos dichos mojones hasta salir a una pista. Descendiendo por dicha pista, llegaremos a una langa, donde veremos un curioso campo de fútbol en medio del monte. Solo nos resta girar de nuevo a la derecha para bajar por otra pista directos al pueblo de Nazar. Damas y caballeros esto se ha acabado y, ¿saben qué?, acabamos de escribir una de esas rutas memorables, de las que dejan huella.