Ariane KAMIO
DONOSTIA

Un viaje hacia los límites

Diego Lerman consigue no dejar indiferente al espectador. Con «Una especie de familia», presentada ayer en competición oficial, aborda el polémico y delicado tema de la gestación subrogada o los vientres de alquiler a través de Malena, una médico que acaba de perder a su hijo al nacer y es capaz de sobrepasar cualquier límite con tal de ser madre.

Crudo. Diego Lerman muestra su lado más crudo en “Una especie de familia”. Carga moral, ideológica y política no faltan en la nueva producción del director argentino, que presentaba ayer la película en la Sección Oficial de Zinemaldia. Y es que, una vez terminada la película, el cineasta consigue que el espectador quede afectado, que cruce las puertas de salida de la sala con una sensación agria, y con muchas cuestiones sin resolver.

El peso de la trama cae sobre la denominada gestación subrogada o los vientres de alquiler. Malena (Bárbara Lennie) es una médico argentina que acaba de perder a su bebé al nacer. La alternativa que le ofrecen a 800 kilómetros de Buenos Aires parece ser la única vía de escape que encuentra hacia la salvación ante la angustiosa situación que está viviendo. Ser madre será su objetivo, cueste lo que cueste. Malena realiza el viaje en vísperas de que la mujer que gesta al que será su futuro hijo dé a luz, pero se topará con un sistema de adpciones alejado de la legalidad. Su viaje de regreso a casa será una odisea moral, pues la protagonista se tendrá que cuestionar varios aspectos de esa nueva etapa que desea comenzar. En su camino tendrá que encontrarse con extorsiones, una desestabilizada relación de pareja, policía y el sufrimiento de la mujer que ha traído al mundo al nuevo bebé.

En todo ello, una Bárbara Lennie deslumbrante toma las riendas de una interpretación que no defrauda, y que el público donostiarra ya conoce desde su anterior visita a Donostia con “Magical Girl”, de Carlos Vermut. Es la primera vez que la actriz madrileña trabaja en un rodaje argentino –«entré al proyecto con poco margen. Diego (Lerman) y yo hablamos las cosas un mes antes de empezar la película. Una semana después estaba cogiendo un avión y enfrentándome a uno de los papeles mas complicados que he tenido nunca»–.

La actriz reconoció que el personaje de Malena exigía mucho de sí misma; «hace un viaje muy complejo y como actriz me demanda muchas cosas». Para trabajar mejor su papel, Lennie contó con una coach y mantuvo varios encuentros con mujeres que vivieron una situación parecida a la de su personaje. «Después de perder un bebé de manera traumática quiere morirse y partimos de ahí. Malena sale de Buenos Aires sin pensarlo mucho y no piensa mucho durante toda la película. Su pareja se lo dice, ‘¿qué estás haciendo?’. Lo que parece una cosa sencilla, un encuentro de amor, se empieza a complicar y salen todos perdiendo. Hay una torpeza vital en Malena, pero creo que lo hace sobre su deseo de amar. Refleja hasta dónde puede llegar uno por amor».

Lennie afirmó que como mujer hizo que se cuestionara algunas cosas sobre sus propios deseos de maternidad. «Te involucras y te lo llevas también a tu propia realidad pero esas reflexiones me las quedo para mí».

El director de la película, Diego Lerman, matizó que la cinta, más que abordar el tema de la gestación subrogada habla sobre la adopción, sobre el «vacío legal que permite la proliferación de un montón de cuestiones sobre la adopción». Y continuó: «Lo que me interesaba era la construcción moral a través de la mirada del personaje de Malena, y cómo se construye la moral social a través de las ambivalencias que esto genera».

«La entrega del bebé tiene una carga de significado que es bastante amplia –continuó–, se pone en el lugar de madre por primera vez, gracias una renuncia, gracias a una entrega, por parte de una mujer que ya ha hecho el duelo», afirmó el cineasta argentino. Lerman plantea la familia como «estructuración de la sociedad. Lo que quería Malena era formar una especie de familia y a eso alude el título».

Por su parte, el actor Daniel Araoz, a quien interpreta al doctor Costas, afirmaba ante los medios de comunicación que en la película «no hay una moralidad estructurada que dice que esto está bien y esto está mal, si no que muestra lo que pasa realmente en esa realidad. El arte de la poesía del cine puede ser utilizada para transformar lo politico y lo real».