Arnaitz GORRITI
saski baskonia

Los gasteiztarras precisan volver a casa y una tila

Fuenlabrada infligió la tercera derrota seguida en ocho días a los de Prigioni, quien además fue expulsado.

MONTAKIT FUENLA. 80

SASKI BASKONIA 75


Saski Baskonia necesita volver a casa urgentemente. Y alguna tila tampoco parece que le venga mal, sobre todo para un Pablo Prigioni que acabó expulsado por doble técnica a lo largo del tercer cuarto, fuera de sí y al que a duras penas sacaron del parqué sus ayudantes.

Fuenlabrada, que sigue sin conocer la derrota después de cuatro jornadas, llevó el mando en el marcador desde el salto inicial, con un parcial de 14-2 que los gasteiztarras no supieron voltear, ni con Prigioni al mando, ni con Sergio Valdeolmillos, que fue quien tuvo que cargar con el equipo cuando el de Río Tercero se borró del partido. Cabe decirlo así: Prigioni se borró del partido, porque su estallido de ira pareció una suerte de mixtura entre la impotencia y el cálculo para dar un golpe de timón sobre la marcha.

Un «dos más uno» para resumir

Con Shengelia ejerciendo de líder, Jayson Granger jugando más minutos que nadie pese a su cojera y Huertas aportando, Saski Baskonia pasó de caer 65-47 al final del tercer cuarto a arrimarse 77-75 a falta de 13 segundos, tras triple de Timma.

El técnico fuenlabreño pidió tiempo muerto. Y al «Che» García le salió la jugada bordada. Pase de Ayenga a O’Leary, que se escapó de la marca de Huertas, y Timma que llegaba tarde en la ayuda para que el californiano sentenciara el partido con un «dos más uno». Un resumen a la perfección sobre la calamidad de unos ocho días para olvidar de este Saski Baskonia.