Tras su derrota ante Aimar Olaizola, Oinatz Bengoetxea vuelve a sentirse al borde del precipicio y afronta este sábado su duelo contra Danel Elezkano sin margen de error, habiendo gastado ese «comodín» que ofrece la liguilla de cuartos. Sin embargo, lejos de asustarse, se puede decir que el de Leitza se siente cómodo en este tipo de situaciones, es más, «tener este tipo de preocupaciones antes del partido te hace estar más centrado», ha solido comentar.

La experiencia avala esta tesis. Sin ir más lejos, su experiencia hace un año era idéntica a la actual tras haber caído ante Aimar Olaizola en el primer partido y una sucesión de partidos «a vida o muerte» como los que le esperan de aquí en adelante le sirvieron para hacerse con la txapela, los dos últimos con marcadores de 22-21.

El actual formato del Manomanista tampoco ofrece ningún margen y también se las ingenió para calarse la txapela, e incluso en el Parejas tuvo que vivir «al límite» junto a Larunbe para pasar a la final, necesitando incluso que los campeones Irribarria-Rezusta les echaran un cable en el último partido de la liguilla de semifinales, tras haber sufrido ellos horrores ante Jaka-Zabaleta.

Tampoco tendrá para olvidar el de Leitza aquel partido de enmarcar jugado en el vetusto Uranzu de Irun del Parejas de 2015, en el que debían vencer a los entonces campeones Martínez de Irujo-Barriola sin que estos llegaran al cartón 17 para entrar en la liguilla de semifinales y los dejaron en 11, con 19 tantos del navarro. La txapela fue el premio a esta gesta.

Mejor físicamente

De cara al sábado, Bengoetxea VI tiene muy claro que «lo de ser campeón fue el año pasado. Este es otro y por haber ganado en 2016 no me van a dar ningún tanto», pero al margen de esa confianza que ofrece el saberse capaz de volver a lograrlo, cuenta con el buen sabor de boca que, al menos en lo físico, le dejó su partido ante Olaizola II.

Y es que, un año de tantos compromisos y éxitos le han pasado factura y terminó el verano muy cansado. Padece fascitis plantar en ambos pies y también molestias en los abductores, pero el pasado jueves se sintió bien en la cancha y esta semana ha podido entrenar en condiciones –lo hizo el martes junto a Iturriaga–, lo que le sirve para afrontar un partido «muy complicado», con garantías, al menos en lo físico.

Danel Elezkano no se lo pondrá fácil. «Sin quitarle méritos a la victoria de Víctor, pienso que desaproveché una gran oportunidad. En algunos momentos lo tuve en la mano, pero en los momentos decisivos fallé. Yo tengo que continuar con la valentía con la que he jugado hasta ahora. Es una oportunidad para mí pero no me conformo con eso», señaló el de Zaratamo.

Iker Irribarria ya tiene fecha de vuelta

Iker Irribarria, que renunció a jugar el Cuatro y Medio por problemas en sus manos, sigue su proceso de recuperación y ya se ha puesto una primera fecha para su reaparición. Será el viernes 27 de octubre en la localidad vizcaina de Balmaseda, donde, por fechas se podría disputar uno de los partidos de la última jornada de la liguilla de cuartos.

El de Arama disputó su último partido el 28 de setiembre en el Labrit de Iruñea, en la semifinal del Master Codere, por lo que habrá permanecido un mes sin vestirse de blanco, tras un verano en el que estos problemas con sus herramientas no le han permitido disfrutar lo que hubiera querido.

Renunciar al acotado no fue una decisión sencilla, pero el de Arama prefirió parar, dar tiempo a sus manos y preparar con mimo su próximo objetivo, que no es otro que el Parejas, en el que pretende defender el título obtenido el año pasado junto a Rezusta.J.O.