Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - DERBI ENTRE SASKI BASKONIA Y GIPUZKOA BASKET

Inmerecido triunfo baskonista

Una canasta de Beaubois a seis décimas salvó de la prórroga a un Saski Baskonia que solo se puso por delante en el último cuarto.

SASKI BASKONIA 88

GIPUZKOA BASKET 86


Saski Baskonia puede dar gracias a que ayer se enfrentó a Gipuzkoa Basket, en su retorno a casa después de cuatro partidos seguidos lejos de Zurbano. Si no juega a mejor nivel ante Valencia Basket el próximo miércoles, saldrá escaldado, tal y como resultó ayer durante 30 minutos. Más aún, los de Porfi Fisac, después de verse por detrás 80-72, cuando habían llegado a ganar de 17, 18-35, empataron a 86, y solo un coast to coast de Beaubois, a seis décimas, salvó de la prórroga de un derbi que mereció ganar el cuadro donostiarra.

Si quería el cuadro baskonista aprovechar el derbi ante GBC como bálsamo después de cuatro derrotas seguidas, desde luego que no le salió nada bien. Con Poirier en el quinteto titular, Saski Baskonia se encontró perdiendo por 4-14 ante un Gipuzkoa Basket en el que todo su quinteto inicial fue capaz de anotar al menos una canasta. Dani Pérez proponía y el resto de sus compañeros disponían, mientras que en el bando local, antes de que Prigioni tuviera que solicitar tiempo muerto, al desacierto y la ansiedad se le fue sumando cierta flojera en la parcela defensiva.

Cinco puntos seguidos de Beaubois parecían reavivar los ánimos gasteiztarras, así como el debut del «Patito» Garino. Pero empecinarse en tirar de tres –firmando un indigesto ¡1 de 13! en el primer cuarto– no le trajo nada sino impaciencia en una grada fría, mientras que los de Fisac se iban al final del parcial con un merecido 13-22.

El público del Buesa Arena se empezaba a impacientar ante la superioridad guipuzcoana, incluso al rebote, fruto de los desajustes provocados por la famosa defensa de cambios. Tenían fortuna los de Prigioni de que la segunda unidad donostiarra flaquease, hasta que surgió Kenny Chery, autor de 8 puntos en el segundo cuarto, y que disparó la renta de GBC hasta los 17 puntos, con un 18-35 que hacía frotarse los ojos.

Voigtmann, empero, ahí estaba para darle un poco de empaque al juego gasteiztarra. Anotó 10 puntos –jugando dentro y fuera y de pívot puro– y repartió juego para que Saski Baskonia se arrimara con un parcial de 11-2. Gipuzkoa Basket, por su parte, aguantó este arreón gasteiztarra, logrando llegarse al descanso con 36-46 a su favor, con Swing y Norel asumiendo el liderazgo donostiarra.

Intensidad atrás y Beaubois

La intensidad baskonista fue bastante mayor en el arranque del tercer cuarto, con cierta manga ancha arbitral, todo hay que decirlo. Quizá por eso se entienda menos la técnica que se ganó Timma, cuando si es por faltas no pitadas, los gasteiztarras tenían más de qué callar. En cambio, ese mismo trío arbitral maltrató a un novato como Miquel Salvó.

Y ni por esas, al menos durante un buen rato, mientras a Jordan Swing le quedaba pólvora. Porque cuando Porfi Fisac le dio a las rotaciones, estas demostraron lo mucho que les cuesta mantener el nivel de sus titulares en toda una Liga ACB. En esas, con Shengelia al fin suelto y engordando los números a golpe de tiro libre, Saski Baskonia se metió en el derbi por fin y definitivamente, pasando del 43-57 –y pitos en Zurbano– al 62-65 ya dentro del último minuto, llegándose al último cuarto 62-67, después de dos tiros libres de Henk Norel.

Un parcial de 5-0 liderado por Beaubois y Huertas empataba el duelo a 67 y Shengelia consumaba la remontada. Gipuzkoa Basket, después de 35 minutos de muy buen nivel, pareció entregarse a su suerte, por mucho que Porfi Fisac arengara a sus muchachos porque, con 70-67 en el marcador y tiros libres para Diop, aún tenían opciones.

El parcial de 10-0 y los ataques tan deslabazados –muy lejos del orden mostrado hasta entonces– de GBC no mostraron mucha fe ante un Saski Baskonia lanzado en pos del triunfo, como demostraron los liberadores triples de Timma y Granger.

Con 80-72, GBC se liberó y primero Chery y luego Swing, empataron a 86. Solo Beaubois salvó del desastre a los locales. Ni el mismísimo título de Euroliga se celebraría tanto.

Fisac: «Me siento cabreado; hemos merecido ganar»

Se dice de las resacas electorales que todos los participantes se muestran vencedores y todos realizan valoraciones positivas. Pero tras el derbi del Buesa Arena, Pablo Prigioni suspiraba aliviado y esperaba que a sus jugadores les sirviera el triunfo para «desbloquearse después de cuatro derrotas». Peor estaba Porfi Fisac, «cabreado» por haber perdido una ocasión pintiparada para dar la campanada en Zurbano.

«Nosotros salimos a ganar todos los partidos, da igual dónde o contra quién. Luego hay rivales que te sacan del campo y te pueden meter de 30; a nosotros nos puede pasar. Hoy estoy realmente cabreado porque este partido debíamos de haberlo ganado, porque hemos hecho méritos para ello. Creo que hemos jugado desde el primer minuto para sacar el partido adelante. Hemos sido capaces de tener buenos ajustes para sus opciones y hemos controlado el tiempo y el ritmo del partido», sentenciaba Fisac.

«Ellos han subido líneas y han apretado, pero hemos sabido reaccionar. Estoy bastante cabreado porque el baloncesto a veces es bastante injusto y para mí, mi equipo ha merecido ganar más que el contrario», remachó.

Prigioni, en cambio, entró suspirando. «¡Buf! Fue un partido difícil para nosotros. Volvimos a empezar muy dormidos. Parece que necesitamos vernos en una situación complicada para empezar a jugar. Y bueno, fueron dos partidos: uno el de la primera parte y otro el de la segunda. Con errores, en la segunda apretó mucho más, mostró orgullo y levantó un partido que se había puesto muy difícil», aseguró.

«Me alegro por los chicos», dijo, a los cuales les pidió «desbloquearse» en vestuarios, «pero tenemos muchísimo que mejorar. El equipo puede y tiene que jugar diez veces mejor», añadió.

Sobre su defensa de cambios, dijo que «apostamos por esta defensa y nos cuesta dominar el rebote. Debemos ajustarla, pero no hacemos nada que no hacen otros muchos equipos en Europa. Aún no somos sólidos, pero podemos llegar a serlo». A. G.