Ante la pregunta de ese bodrio televisivo “¿Cómo lo ves?” que presentaba Carlos Herrera en TVE, yo digo que lo veo normal ya que si después de ponerle en sus manos cerca de dos millones de euros, no pasa de un cinco por ciento de audiencia, lo suspendan y lo manden a la historia de la ineficiencia programática. El programa era infecto. Alguno de sus invitados, delincuentes habituales por difundir machismo y odio en sus comentarios, el esquema pueril, la presentación engolada y atravesada de tópicos y posturitas de un sesentón con ínfulas de cuarentón en celo. La vieja guardia en fila para opinar de la manera más retrógrada posible sobre lo que se les ocurriera. Como Cárdenas.

Es lo normal, como es normal que cualquiera que tenga un poco de educación política, que haya leído dos novelas de vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía sepa que la Agencia Europea del Medicamento no llegó a Barcelona por la acción de los ministerios de Rajoy. Es un castigo más. Lean los titulares de la prensa del régimen subvencionada: ninguno tiene duda que es culpa de la  DUI. Por lo tanto es una gestión política de este Gobierno indecente que está acabando con todos los visos de igualdad territorial. Se recuerda que hicieron una ley exprés para que las empresas de la burguesía catalana posfranquista pudieran cambiar de domicilio fiscal con un trámite simple. Van a saco.

También es normal que un grupo de whatsapp de la policía municipal de Madrid sea una manada de fascistas violentos. Y que el nene de la vergüenza pepera, Pablo Casado, diga que eso no es nada, peor son los escraches a los miembros de su banda. Cada vez que abre la boca le salen los demonios franquistas que anidan en su cabeza afeitada a la navaja. Sigan con la mandanga de que no hay extrema derecha española. Están ahí, a la vista.