Dabid LAZKANOITURBURU

Lecciones de Zimbabue

La crisis política que ha acabado con la dimisión del «camarada Bob» arroja una serie de lecciones que convendría tener en cuenta antes de pontificar sobre los entresijos de la política, incluida la internacional.

La más inmediata apela al peso de la fragilidad humana. Que Robert Mugabe haya tenido que ser arrancado a regañadientes del poder a sus 93 años tras ser manipulado como un juguete roto por su segunda esposa, Grace, revela el grado de miseria al que había llegado quien fue descrito en su día como el Nelson Mandela de Rodesia del Sur

La segunda, más importante, evidencia el cortoplacismo de los que, absortos en las apelaciones al socialismo por parte de Mugabe y su partido, el Zanu-PF, defendieron a capa y espada una gestión que se revela ahora un auténtico desastre desde la independencia del país, en 1980. 37 años después. Zimbabue está en manos del mismo puñado (un centenar) de terratenientess. Solo que en vez de ser «granjeros» blancos son «ex-libertadores» negros.

Otro tanto ocurre con el error de puntería antiimperialista. Tanto presentar a Mugabe como dique contra Occidente y resulta que los militares que dieron la asonada contra él consultaron días antes con China en un viaje a Pekín del general golpista Chiwenga. Principal socio comercial de Zimbabue, el «Imperio del Centro» es cada vez más el amo y señor de África. Su palabra es ley.

La última lección es la que podrían volver a sufrir en sus propias carnes los zimbabuenses. Porque, más allá de la cercanía a China y la fama en Occidente de negociador económico fiable del sucesor de Mugabe, Emmerson Mnangagwa, la biografía del hasta ayer número dos de Mugabe no invita al optimismo. No en vano «El cocodrilo» es considerado el arquitecto de la campaña de terror que en los ochenta acabó, entre otras, con la masacre de decenas de miles de miembros de la etnia opositora ndebele.

Tras su mordedura, Mnangagwa no ha soltado a a Mugabe hasta su rendición. Esperemos que su gestión no se base en seguir machacando a dentelladas a la población.