La Defensoría del Pueblo de Colombia informó ayer de la muerte de 13 personas que atribuyó a enfrentamientos entre el ELN y supuestas disidencias de las FARC. Los hechos se produjeron la semana pasada en un paraje del suroeste de Colombia. Siempre según la Defensoría, guerrilleros del ELN y miembros del grupo Resistencia Campesina, conformado por presuntos disidentes de las FARC, se enfrentaron el pasado lunes 27. «El ELN llegó a estas veredas a tomar las armas de la Resistencia, y al no permitirlo la Resistencia Campesina, se inició un cruce de disparos que dejó como consecuencia el homicidio de 13 ciudadanos», declaró el defensor Carlos Negret a la prensa.

Negret denunció que el enfrentamiento es una violación al cese al fuego bilateral y de hostilidades pactado entre el Gobierno y el ELN en el marco de los diálogos de paz en Quito y que entró en vigor el 1 de octubre y finaliza el 9 de enero.

Disposición a avanzar en Quito

Esta denuncia se produce en un momento delicado del proceso que se está llevando a cabo en Quito. El lunes, se conoció la renuncia del jefe negociador del Gobierno con el ELN, Juan Camilo Restrepo, quien formalmente alegó motivos profesionales y personales para dejar el cargo que desempeñaba desde hace año y medio. El cuarto ciclo de conversaciones finalizó el pasado día 1. Ahora, el presidente Juan Manuel Santos deberá nombrar a un nuevo jefe negociador y, presumiblemente, renovará todo el equipo. Pregunta al respecto, Santos afirmó el lunes que los esfuerzos se centrarán en lograr una prolongación del cese al fuego y de hostilidades bilateral, que expira el 9 de enero.

A través de Twitter, la delegación de paz del ELN reiteró su disposición a «dar pasos concretos para bajar la intensidad del conflicto» durante el quinto ciclo y a «avanzar en acuerdos y hechos concretos, que signifiquen avances en la agenda de conversaciones».