Contengo el aliento porque me propongo hablar de jueces, juezas, fiscalías, sentencias y responsabilidades. Nos hemos acostumbrado a recibir noticias del mundo de las togas y las puñetas contradictorias, críticas, injustas, incomprensibles para los legos. Existe ese individuo al frente del tribunal que firma la sentencia según las leyes. Todas las leyes tienen un contenido bastante obvio y otro interpretable. La carrera judicial es para opositores y/o militantes de partido.

Dos ruidos insoportables me llevan a esto: el aniversario de la muerte a manos del canalla de su exmarido de Ana Orantes. Una mujer granadina que apareció en un programa de tarde, de esos que los monstruitos que nos alimentamos de los detritus televisivos despreciamos, y confesó ante las cámaras su caso. Las vejaciones, palizas, abusos de su exmarido. Pero los jueces, primero no la dejaron divorciarse y después del divorcio la obligaron a convivir en la misma vivienda con su maltratador y después asesino. Sentencias redactadas, cargadas de considerandos y apelando a leyes cuya interpretación hiere y mata.

Otro ruido es las manipulaciones que la banda de Rajoy está haciendo por arriba, por los órganos de supuesto control de los jueces. Cambiando de manera  sospechosa a los jueces de un tribunal. Hoy se ha sabido que quitando a un fiscal de otro proceso contra la banda. Y siempre se toman en la misma dirección, para que entren otros señores o señoras con puñetas en su toga que favorezca el latrocinio organizado por la banda, que como toda mafia, tiene sus tentáculos en la judicatura. Les recuerdo mi advertencia, cuando vean una sentencia injusta e incomprensible a favor de la banca o del Gobierno, apunten el nombre del que la firma y verán como pronto recibe su recompensa en el escalafón.