Beñat ZALDUA Barcelona
DERRIBO Y PROTESTAS

Los vecinos de Sants comienzan la reconstrucción de Can Vies

El colectivo de Can Vies, junto a centenares de vecinos del barrio de Sants comenzaron ayer la reconstrucción del edificio desalojado el pasado lunes por los Mossos y derruido parcialmente por el Ayuntamiento. Por la tarde, una multitudinaria manifestación en el centro de Barcelona acabó en nuevas cargas y disturbios.

Cuando uno sufre una herida, acostumbra a curársela. Cuando cuatro paredes se convierten en la piel de quien las habita, lo normal es reconstruirlas cuando algún otro las derriba. Es lo que hicieron ayer los vecinos del barrio barcelonés de Sants con el Centre Social Autogestionat Can Vies, parcialmente derruido por el Ayuntamiento después de que el lunes los Mossos d'Esquadra desalojasen este proyecto con 17 años de historia en el barrio.

Un desalojo que, como ya se sabe, ha puesto al barrio de Sants en pie de guerra esta semana, durante la cual se han repetido las protestas y los enfrentamientos con los Mossos d'Esquadra.

Ayer también hubo disturbios -como destacarán hoy todos los medios-, después de una multitudinaria manifestación que reunió en el centro de Barcelona a miles de personas tras el lema «Defensem els barris» y después de que los Mossos impidiesen el paso de la movilización por las Ramblas, coto privado para turistas en la Barcelona del siglo XXI.

Pero la noticia del día no fue la de la tarde. A primera hora de la mañana, unas trescientas personas se presentaron ante el edificio medio derruido de Can Vies, con cascos, palas, piquetas y todo lo necesario para empezar la reconstrucción del Centro Social, tal y como se anunció el jueves.

La presencia, a lo largo de la jornada de trabajo, de centenares de vecinos del barrio, junto a la ausencia de policía en todo momento, dan fe de hasta qué punto tiene ganada Can Vies la batalla vecinal.

Mal estado

El Ayuntamiento había advertido del mal estado del edificio tras el derribo parcial y recomendó que nadie entrara en él.

Extremando las precauciones e instalando un perímetro de seguridad, unos pocos miembros de Can Vies fueron los primeros en entrar junto a un equipo técnico formado por arquitectos, bomberos y profesionales de la construcción.

«Hay que ir con cuidado, pero no se caerá», sentenció al cabo de media hora uno de los arquitectos; señal para poner en marcha todo un dispositivo vecinal que a lo largo de toda la mañana vació de escombros la antigua capilla del edificio.

En el centro, la excavadora que el lunes comenzó a derruir el edificio y el martes ardió -símbolo de la revuelta-, sirvió de jardín improvisado en el que varios vecinos colocaron plantas y flores.

Con un trabajo de hormiga, decenas de vecinos sacaron kilos y kilos de escombros, mientras otro grupo seleccionaba el material reciclable, por ejemplo los ladrillos. Los escombros, sin embargo, eran muchos, y la gente, todavía más. Combinación idónea para improvisar una cadena humana de un kilómetro de largo que en menos de media hora trasladó parte de los escombros desde Can Vies hasta la sede del distrito de Sants, donde se tapiaron simbólicamente las dependencias municipales.

«¿Pero no era una reconstrucción simbólica?» Preguntaban los periodistas. «Si se puede reconstruir, lo reconstruiremos», explicaban miembros del colectivo, visiblemente emocionados. Y es que el de ayer fue un día grande para todos ellos; tras una intensa semana pudieron recibir el calor del vecindario, que por lo que se vio ayer, sigue apoyando mayoritariamente al colectivo pese a la campaña mediática en contra.

Hoy continúan

«Nos han estado engañando durante meses, dijeron que iban a mantener el edificio y el mismo día que nos desalojaron empezaron a derribarlo» recuerda una activista de Can Vies, quien reflexiona en voz alta: «¿Te imaginas la lección que sería reconstruirlo?».

Pese a que los arquitectos rechazaron un peligro de colapso, el edificio está dañado, por lo que el colectivo todavía deberá decidir la viabilidad de la reconstrucción. En cualquier caso, y más allá de titulares y portadas, el trabajo sigue. La siguiente quedada: hoy a las 10.00.