Agustín GOIKOETXEA

Los nuevos fármacos contra la hepatitis C no llegan a los enfermos

Los nuevos fármacos contra la hepatitis C llenaron de esperanza a los enfermos, pero pronto se han encontrado con la triste realidad: la Administración sanitaria evita que la mayoría puedan acceder a esta terapia en la red pública, aduciendo razones de índole económico o simplemente calla.

Aprincipio de año se dieron a conocer a la opinión pública mundial la comercialización de novedosas terapias orales para curar la hepatitis C crónica. Los nuevos fármacos, según los expertos, permitirían dar una solución a más del 90% de los casos. Esta enfermedad infecciosa es la causante de transplantes hepáticos, cirrosis y cáncer de hígado, por lo que se estimó que el hallazgo de los nuevos tratamientos suponía una «revolución» comparable al descubrimiento de la penicilina.

El único handicap, se apuntó, era el elevado costo, ya que las farmacéuticas, sabiendo del potencial, han llegado a incrementar hasta un 700% el coste de los productos que se comercializan. Su precio oscila entre los 60.000 y 100.000 euros, lo que no ha sido óbice para que los médicos de Osakidetza y Osasunbidea lo hayan recomendado a los pacientes aunque luego los responsables de farmacia los hayan denegado.

El acceso a través de la red pública habilitado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es el programa mediante uso compasivo de los nuevos medicamentos. Esta fórmula permite poder acceder a medicamentos no autorizados a pacientes no incluidos en un ensayo clínico con el fin de atender necesidades especiales de tratamientos en situaciones clínicas «comprometidas», entendiéndose aquellas que ponen en peligro la vida del enfermo, y que pueden ser tratadas satisfactoriamente con un medicamento autorizado y comercializado.

En esa situación se encuentra el esposo de Marian Eguskiza, a quien se ha trasplantado en dos ocasiones el hígado, a pesar de lo cual y de realizar completo el tratamiento actual con interferon y ribavirina no ha conseguido acabar con el virus. La persistencia de la hepatitis C ha hecho que el hombre haya desarrollado nuevamente hepatitis.

Eguzkiza no ocultó su alegría, como otros familiares de enfermos, cuando en enero Europa aprobó el sofosbuvir, de Laboratorios Gilead, comercializado con el nombre de Sovaldi. En el Estado francés y Alemania se refrendó directamente su empleo, mientras el Ministerio español de Sanidad comenzó a negociar con las farmacéuticas por el alto precio, lo que llevó aparejado que no se diese el plácet para su financiación por parte del sistema público de salud. En ese contexto, surge el programa de acceso mediante uso compasivo, al que podría acceder muchos enfermos crónicos pero todos ellos se encuentran con la falta de información y el silencio por parte de las autoridades.

El Parlamento navarro, a favor

De tal magnitud es el problema que el jueves pasado en la comisión de Salud del Parlamento navarro se acordó por unanimidad instar al Gobierno a que facilite el sofosbuvir a los pacientes cuando lo solicite el especialista; hasta el momento, Osasunbidea lo deniega como Osakidetza. La decisión ha sido acogida de forma positiva por los afectados navarros, mientras los de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa siguen aguardando el pronunciamiento del departamento que dirije Jon Darpón.

«Mi marido cumple los requisitos para que se le suministre pero, a pesar de ello y hasta la fecha, no se lo han dado. Estoy hablando con muchas personas intentando saber cuál es el procedimiento concreto y cuándo tienen previsto suministrarlo, pero no consigó respuestas», se lamenta Eguskiza. Es un ejemplo de las decenas de personas que piden explicaciones a Osakidetza y no las logran.

Respecto al coste del tratamiento, que reconocen que es elevado, aclaran que el que se les administra en la actualidad, «que no permite la curación, cuesta anualmente 32.000 euros». «Los criterios económicos son rebatibles cuando se habla de la salud de una persona y cuando se invierten millones en proyectos muy cuestionables», comenta otro afectado. Son varios los pacientes que han tratado de acceder al Sovaldi sin éxito. «He hecho alguna gestión en hospitales privados y es imposible. La llave está en la administración y parecen no tener voluntad de resolver el problema», se quejan.

Lakua evita pronunciarse sobre las peticiones de los afectados y sus familias

La problemática generada a raíz de que la administración sanitaria niegue el tratamiento con Sovaldi a decenas de enfermos hepáticos crónicos resulta incómoda para las autoridades, que rechazan esa realidad pero no responden a los continuos emplazamientos de los pacientes y sus familias. Varios de los afectados se quejan de que no reciben ninguna respuesta por escrito y que parece que los responsables sanitarios esperan a que los enfermos estén en una situación crítica antes de darles acceso a la nueva terapia.

No son los únicos que no reciben contestación a sus preguntas. GARA se interesó por el asunto ante el Departamento de Salud de Lakua, que evitó pronunciarse, al igual que lo han hecho con otros medios de comunicación que también han interpelado sobre la cuestión a sus responsables.

Los afectados no tienen pelos en la lengua al acusar al Ejecutivo de anteponer los intereses económicos a los médicos. «Los especialistas cumplimentan la documentación para que a nuestros familiares se les aplique el Sovaldi y luego es la comisión corporativa de farmacia la que las deniega», denuncian. A.G.