Según el Gobierno español los agentes que aparecen en estas fotografías portan todos ellos de manera visible su número de identificación profesional, tal y como dispone la normativa vigente. No se molesten en buscarlo. Esto no es un pasatiempos. No lo llevan. Ya hemos mirado todas estas y muchas otras fotografías más debidamente ampliadas y no hay ni rastro de la tarjeta de identificación que debe ir adherida a la uniformidad de la Guardia Civil.

La identificación del instituto armado consiste en una chapa de plástico, de color negro, con forma rectangular y bordes biselados, con unas dimensiones de 40 x 13 mm, con el número grabado en blanco. Según la instrucción que determina el uso del número profesional en las FSE, la identidad del agente debe figurar «en lugar bien visible de forma que a la denominada distancia de respeto (un metro y veinte centímetros aproximadamente) puedan ser leídos sin dificultad por los ciudadanos».

En la realidad, cuando los llevan, los números no son tan blancos como se describen en la instrucción oficial y la propia tipografía elegida no facilita tampoco su lectura.

La obligatoriedad de portarla en el uniforme afecta desde setiembre de 2007 a «todos los componentes de la Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía que vistan uniforme y/o equipo de trabajo incluidas aquellas unidades especiales» que hasta aquella fecha no portaban el mencionado número identificativo.

Pese a esta obligatoriedad, lo cierto es que, al menos en Euskal Herria, unidades como los GAR de la Guardia Civil no llevan nunca de manera visible dicha identificación.

Contumacia gubernamental

Ante la evidencia del incumplimiento de la legalidad, el pasado mes de enero el diputado de Amaiur Jon Iñarritu preguntó sobre la cuestión al Gobierno, que le respondió que «los miembros del GAR de la Guardia Civil, como cualquier otro miembro del cuerpo que viste de uniforme, portan, de manera visible, una placa identificativa del modo en que dispone la Instrucción número 13/2007 de la Secretaría de Estado de Seguridad del ministerio del Interior, relativa al uso de identificación personal en la uniformidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado».

Iñarritu preguntó a continuación por qué el Gobierno daba una respuesta que contradecía la realidad, qué departamento facilitó esa información errónea y cuál era el procedimiento ante esa forma de actuar incorrecta. Lejos de rectificar, el Gobierno ha vuelto a responder con idéntico texto al anterior, asegurando que todos los agentes portan su identificación.

También preguntó Iñarritu cuántos expedientes se habían abierto por no cumplir con el mandato de portar visible el número y la respuesta ha sido -claro está- que ninguno.