A falta de que se oficialice, el jugador está ultimando su nuevo contrato con el Atlético de Madrid, la Real ingresará 30 millones de euros por el traspaso de Antoine Griezmann al Atlético de Madrid, en una de las operaciones más importantes de su historia, tras la de Asier Illarramendi el año pasado al Real Madrid. Sumando estas dos operaciones y los 12 millones ingresados por el club por el fichaje de Claudio Bravo por el Barcelona, el montante de lo ingresado por la entidad asciende a los 74 millones de euros, una cantidad que podría elevarse aún más si el Atlético, un club que en los últimos años se ha caracterizado por terminar vendiendo a sus estrellas, hace lo propio con el de Macon.

Y es que, según fuentes contrastadas por GARA, el acuerdo alcanzado por la Real y el Atlético de Madrid se ha cerrado por 30 millones de euros más el 20% de una posible futura venta, comenzando de 0 euros -no del beneficio de la operación- y el correspondiente IVA. Aunque parece que había algún equipo dispuesto a hacer frente a la cláusula, algún otro se acercaba a las cifras y ofrecía algún jugador, el acuerdo se ha cerrado con el Atlético de Madrid, que como contraprestación podrá hacer frente al fichaje en plazos.

Sin embargo, la totalidad del IVA de la operación, más de seis millones de euros, la abonan ahora y la Hacienda guipuzcoana recibirá esta cantidad en la próxima liquidación trimestral. A esto hay que sumar el 20% que el club está obligado a dedicar a los Préstamos Participativos -Hacienda y Kutxa-, por lo que Diputación es uno de los grandes beneficiados de estas operaciones.

Sin descuidar el apartado deportivo, sanear la delicada situación económica del club es uno de los objetivos del Consejo que, además del dinero ingresado, podría redondear estas tres operaciones en más de 80 millones de euros, si sumamos las fichas de los tres futbolistas que han abandonado la entidad. Esto explica, entre otras cosas, que la Real se haya metido en operaciones de entidad como la renovación de Vela o los fichajes de Canales y Finnbogason, operaciones todas ellas con un esfuerzo económico importante.

Eso sí, queda la duda sobre la respuesta que estos jugadores pueden dar, ya que el nivel deportivo ofrecido por Bravo, Illarramendi o Griezmann ha sido excepcional. Es por ello que los tres equipos de la Liga que juegan a otro deporte distinto al del resto se hayan rasgado el bolsillo para acceder a estos jugadores.

Con sus 16 goles y 3 asistencias en Liga y su participación en el Mundial, el francés había alcanzado un nivel deportivo, una referencialidad y un precio que lo habían convertido en un lujo para la Real, de ahí que su salida no haya sorprendido a nadie, si bien su destino sí que ha escocido entre la masa social. Desde el club txuriurdin se entiende que su venta era inevitable, más aún cuando el año que viene terminaría un contrato que el jugador no estaba dispuesto a renovar. Y en caso de hacerlo, lo haría por unas cantidades astronómicas.

Vuelve Granero

El problema ahora reside en sustituir a esos jugadores y el Consejo ha accedido a las peticiones de los técnicos, cuya prioridad ha sido la vuelta de Esteban Granero, un futbolista al que desean por juego, personalidad y su papel dentro del vestuario txuriurdin.

Por increíble que parezca, el madrileño, que desde ayer está en Donostia como anunció en su Twitter con una foto en La Concha, abandonará el QPR sin tener que abonar la Real ningún traspaso. La clave reside en la ficha que tenía firmada con el club de Londres, cantidad que ha rebajado tres veces para estar en la Real y que sigue siendo alta para los parámetros del club.