Amaia GARTZIA
Udate

Juanma Bajo Ulloa se echa de nuevo a la carretera con Karra Elejalde

El director gasteiztarra reaparece tras diez años de silencio con una road movie al más puro estilo «Airbag» con Karra Elejalde como uno de los protagonistas. El rodaje, que comenzó ayer, se realizará este mes en Gasteiz y seguirá en Gesaltza Añana y la Rioja Alavesa.

Delirio y exceso. Eran dos de los ingredientes de la que fuera la película más taquillera hasta el momento, «Airbag» (1997), del director alavés Juanma Bajo Ulloa. 17 años después del citado film y, tras diez años en los que apenas se a oído hablar de él, Bajo Ulloa vuelve a la carretera con otra road movie y, de nuevo, con Karra Elejalde como copiloto. Otra película de carretera que busca ser «un pelotazo», en palabras del director. Pero, además de contar con dos alaveses, la localización de esta nueva aventura cinematográfica titulada «Rey gitano» se sitúa también en su tierra, en Gasteiz. El rodaje comenzó ayer en la capital alavesa, de la que emigrarán para dirigirse a Gesaltza Añana y a la Rioja Alavesa.

El director ha confesado la intención de hacer «algo en la línea» de «Airbag». Una película que trata sobre todo de llevar «un poco de distensión y de cachondeo al espectador en este momento en el que lo estamos pasando mal». Un film que en un principio estaba totalmente ubicado en Andalucía, en Málaga, pero que, debido al poco apoyo institucional que tenían allí y al «sorprendente sí» que recibió de Gasteiz, ha hecho que todo el equipo de rodaje se encuentre estos días en la ciudad. Y se inmiscuirá por completo en la agenda ciudadana, ya que la película mostrará escenas del chupinazo de las fiestas de la Blanca, que están al caer, o del reto de cocinar la tortilla de patata más grande con 16.000 huevos, 1.600 kilos de patata alavesa, 26 de cebolla, 150 litros de aceite de oliva de Arroitz y 15 kilos de sal, mediante el que se quiere batir el récord Guinness este sábado en la capital.

Ha sido un apoyo por parte del ayuntamiento de Gasteiz y de la Diputación de Araba que sorprendió por completo al cineasta: «Yo nunca había encontrado apoyo en mi ciudad, ha habido algo puntual pero escaso, incluso alguna vez he tenido que ir a rodar fuera después de que el guión estuviese localizado en el País Vasco al completo al no encontrar apoyo institucional», desveló Bajo Ulloa en la rueda de prensa de «Rey gitano», la semana pasada. No se sabe si en agradecimiento, pero en esta comedia conectada con la realidad se nombran los lugares que la pareja protagonista visita, además de retratar el momento actual de crisis económica.

«En el momento en el que Gasteiz dice que sí, inmediatamente en el guión pone que estos señores están ubicados en Gasteiz, su oficina de detectives está allí, en la Plaza Nueva». Ya que la pareja formada por Karra Elejalde y Manuel Manquiña -Jose Mari y Primitivo- es un dúo de detectives cada cual más chapucero que en su vano intento de hacer algo productivo en sus vidas tienen la «mala idea», como dice Bajo Ulloa, de montar una tienda del espías: «Una tienda donde nunca han vendido nada, salvo pepinillos, cassetes, gominolas, fundas de móvil....».

Esa situación de miseria les llevará a vivir de «válvula», es decir, lo que se traduce como intentar comer a lo gratis, lo que llevará a Jose Mari a la mencionada celebración del récord de tortilla de patata: «Y a las ofertas de los supermercados, a comer aceitunas de oferta, paté de oferta...». Dos perdedores, uno muy de derechas y el otro muy de izquierdas, que convivirán durante un viaje en coche: «Se llevan a matar, pero están condenados a entenderse porque son amigos», explica el director. «Y socios», añade Karra Elejalde.

Esa tienda no es sino una tapadera para su agencia de detectives, que correrá la misma suerte, salvo por el giro que tomará al recibir su primer y único encargo por parte del típico embaucador, un seductor gitano llamado Gaje, que los convencerá para iniciar el periplo que les llevará a recorrer Araba, pasando por Catalunya y Andalucía, para terminar en Madrid en busca de nada más y nada menos que el ADN de la familia real española, para lo que tendrán que perseguir a sus miembros. Una ficción que en parte se ha tornado en realidad, acercándola más si cabe al público, ya que el guión partía con la premisa de la abdicación del que ya no es rey de España: «Era una ficción... que se ha convertido en realidad», confiesa Bajo Ulloa. «La película ha tomado tierra y se ha conectado con la realidad que la gente conoce».

Además de la ciudad que los vio nacer, hay algo más que el director y el protagonista tienen en común: la «admiración mutua» que se profesan, tal y como desvelaron en la rueda de prensa. «Había dos personajes que yo quería que los hicieran los que yo considero los dos más grandes actores cómicos», declaró Bajo Ulloa. «Cuidado, actores de comedia, porque hay cómicos y hay actores, pero los actores de comedia son personas que tienen el talento excepcional de hacer reir, y también de hacer llorar».

Elejalde, por su parte, quien ha trabajado tres veces a las ordenes del director -«Alas de mariposa» (1991), «La madre muerta» (1993) y «Airbag» (1997)- confirma este buen feeling que, según él, lo nota hasta la gente que trabaja en el set: «Siempre reñimos como buenos matrimonios, nos entendemos y siempre acabamos reafirmándonos en nuestro amor-odio», señala con su habitual desparpajo. «Sabemos que si nos juntamos y somos capaces de contar hasta diez antes de arañarnos, haremos cosas grandes».

No obstante, tal y como señala el actor, «mi primer protagonista me lo dio él, y nunca he tenido una insatisfacción en ningún trabajo que he hecho con Juanma».

Respecto a rodar en Gasteiz, Elejalde confiesa que no hay como rodar en casa, ciudad donde ha vivido desde los catorce hasta los cuarenta: «Cuando acabe de rodar me tomaré un jaliguay, pero me iré a casa, y me va a apetecer rodar mucho en esta ciudad, que es la mía. Bueno, la mía no, no la atesoro yo solo; es la nuestra, pero me alegro de que por motivos de trabajo pueda disfrutarla un poco». Sin pelos en la lengua y siempre bromeando, finaliza: «Lo siento, pero para mí va a ser guapo el cambio de Málaga a Buenaga».

El reparto lo completan Arturo Valls, Rosa María Sardá, María León, Pilar Bardem, Gorka Aginagalde, Iñigo Salinero Txaflas y Albert Pla.

Con un presupuesto de 1,8 millones de euros, y la aportación de 100.000 euros por parte de la Rioja Alavesa, 65.000 euros el Ayuntamiento de Gasteiz y 25.000 euros la Diputación alavesa, «esta película es un gran homenaje a la chapuza y al cachondeo», afirma el director. Pinta tiene, desde luego.

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