Ainara LERTXUNDI
Elkarrizketa

«¿Desde cuándo un ocupante con 200 cabezas nucleares necesita defenderse?»

Maisam Abumorr es una joven gazatí, licenciada en Literatura Inglesa y estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Islámica de Gaza. Como bloguera y activista de derechos humanos, aspira a impulsar un mayor entendimiento sobre la causa palestina y la verdadera dimensión de la ocupación israelí. Desde la bombardeada Franja de Gaza relata a GARA, aprovechando las únicas dos horas de suministro eléctrico que tienen al día, los efectos de la ofensiva israelí, así como sus sueños y aspiraciones.

¿Cómo describiría la actual situación humanitaria?

Intentaré hacerlo con palabras, aunque no sé si éstas me alcancen. Como mínimo, podría decir que representa un fracaso a nivel humanitario. Estamos ante un flagrante crimen contra la humanidad, a no ser que los gazatíes no seamos considerados seres humanos. Todas las infraestructuras de Gaza -plantas de energía, los sistemas para el suministro del agua, hospitales, universidades, mezquitas, granjas de animales y cualquier otro servicio vital- son objetivo de las fuerzas militares israelíes. El 90% de las casas en Gaza carecen de suministro energético o de agua y más de la mitad no disponen de gas para cocinar. Familias enteras han sido asesinadas en los bombardeos. Más de 431 niños han muerto y ni las ambulancias ni los médicos han sido una excepción. Israel está llevando Gaza a una de las peores crisis humanitarias de la historia moderna por el mero hecho de que los palestinos de Gaza se niegan a ser castigados por haber elegido democráticamente a un partido que no gusta ni a Israel ni a EEUU. Esto contradice todos los principios democráticos y viola las convenciones en materia de derechos humanos.

Más de 431 menores han muerto hasta el momento a consecuencia de la ofensiva israelí. Casi todos los niños están en «estado de shock». ¿Pensó en algún momento que el coste humano iba ser tan elevado?

De Israel se puede esperar cualquier cosa. Sin embargo, ninguno de nosotros esperaba la falsedad de la clase política internacional, que está permitiendo que esto ocurra. Estados Unidos y Egipto son literalmente cómplices de este genocidio en tanto en cuanto Washington continúa siendo una plataforma para la propaganda israelí, lo que permite al ocupante llevar a cabo atrocidades a gran escala contra una población a la que se le ha hurtado su patria y está bloqueada desde las elecciones de 2006 y, en definitiva, exhausta por el aislamiento y la sistemática inanición a la que estamos siendo sometidos, mientras se presenta el bombardeo de civiles como un acto de legítima defensa. ¿Desde cuándo un ocupante que posee más de 200 cabezas nucleares y armas de destrucción masiva prohibidas por la legislación internacional tiene derecho a la defensa propia? ¿Defenderse contra quiénes? ¿Contra los niños de Gaza?

¿Por qué la comunidad internacional ha amparado esta masacre? ¿Puede la diplomacia evitar otra operación militar?

Para los palestinos no es una novedad que la comunidad internacional escoja el silencio frente a la muerte de palestinos en Gaza. La política internacional está controlada por la Administración estadounidense, que, a su vez, está supeditada a los grupos de presión sionistas. Es necesario hacer un análisis objetivo de la situación actual y que una comisión de investigación neutral viaje a la Franja y evalúe por sí misma los crímenes de guerra cometidos durante la ofensiva con el fin de llevar a Israel a los tribunales. Eso es lo único que podrá parar éste y futuros genocidios.

El Gabinete de Benjamin Netanyahu ha acusado a Hamas de esconder cohetes en el interior de las viviendas y de las escuelas de la ONU, también bombardeadas, y de utilizar a los civiles como escudos humanos.

Es lo más ridículo que jamás he escuchado. Nadie ha presentado evidencia alguna de que hubiera cohetes en las viviendas o en las escuelas de la UNRWA. Y aunque eso fuera cierto, que no lo es, las leyes internacionales prohíben atacar localizaciones en las que haya civiles incluso si éstas son utilizadas para operaciones militares. El primer cohete que se lanzó desde la Franja de Gaza fue en 2001, pero para ese entonces Israel ya había cometido masacres, obligado a desplazarse a la población gazatí y destruido deliberadamente sus infraestructuras. Hamas no se formó hasta 1987, pero los crímenes de Israel son anteriores incluso al establecimiento de su Estado en 1948. ¿Por qué Israel está construyendo colonias de forma ilegal y destrozando Cisjordania con controles y detenciones masivas? ¡Ellos no lanzan cohetes!

¿Cómo vive los bombardeos?

Con una extraña mezcla de miedo, vulnerabilidad, impotencia y rabia. Aquellas personas que no son conscientes de las condiciones de Gaza, me preguntan con frecuencia por qué no corremos a los refugios como lo hacen los israelíes. Desconocen que Gaza apenas tiene capacidad para construir viviendas suficientes para responder a sus necesidades demográficas y que los refugios no pueden evitar que un misil F16 haga tu cuerpo trizas, mientras los cohetes artesanales difícilmente pueden agujerear una ventana de madera. Además, no tenemos sirenas ni aplicaciones para móviles que nos prevengan. Literalmente, solo disponemos de escasos segundos antes de que una bomba haga saltar por los aires toda tu existencia. Esos escasos segundos casi ni alcanzan para rezar por última vez.

La zona de Beit Hanoun ha quedado completamente destrozada, así como otras áreas de la Franja. Se necesitarán años para la reconstrucción de las viviendas e infraestructuras.

Esto nos conduce a otra crisis. Cerca de 200.000 personas están viviendo en las calles o en escuelas, que pronto deberán ser habilitadas para el nuevo curso escolar. Y en un par de meses, comenzará el invierno. Debido al bloqueo, los sumamente escasos materiales de construcción eran introducidos a través de los túneles de contrabando, que fueron completamente destruidos por el nuevo Gobierno egipcio. Por consiguiente, además del grave déficit de vivienda ya existente antes de la guerra, tenemos que reconstruir más de 30.000 viviendas en un tiempo limitado y con muy escasos recursos.

¿Qué impacto ha tenido en su vida el bloqueo israelí?

Gaza tiene la tasa más alta de alfabetismo del mundo árabe e islámico, ya que supera el 99,1% del total de su población. El 70% de los gazatíes tiene por lo menos una licenciatura. Esto significa que los gazatíes aspiramos a una vida más próspera y a construir nuestra civilización. Soy tan solo una de los miles de jóvenes graduados que no tienen perspectivas de trabajo ni en Gaza ni que tampoco pueden salir al exterior en busca de una mejor vida. Es realmente difícil ser consciente de tu potencial para poder desarrollar una carrera profesional exitosa, y que la dura realidad te obligue a renunciar a ello. ¡Estoy perdiendo a mis seres queridos por extraer agua potable y gas para cocinar! ¿Qué haría una persona normal si tuviera que beber agua del mar mezclada con aguas residuales?

¿Qué sintió cuando hace dos años viajó a Gran Bretaña en la primera vez que salía de Gaza?

Viajar sola es una experiencia liberadora y excitante para cualquiera, pero especialmente para los gazatíes. Mi mayor sueño en mi infancia y adolescencia era tener electricidad más de seis horas al día, tener mi propio cuarto, poder cocinar mi comida favorita siempre que quisiera y no solo cuando hubiera gas -cosa que raramente había-, poder comprar fruta con mayor frecuencia que una vez cada dos meses, tener otro par de zapatos para poder elegir y no tener que esperar a que los únicos que tenía estuvieran completamente rotos. Lo más extraño es que me sentía culpable por ser tan egoísta y ambiciosa. Me chocó que la gente considerase todo eso como algo esencial y no como un mero sueño, como era mi caso. Podían comprar fruta, la luz nunca se iba, tenían más de una clase de tomates en las tiendas... No vi ni una cola para comprar el pan o carburante.

También viajó a EEUU. ¿Con qué tipo de audiencia se encontró?

Entre los asistentes había jóvenes israelíes con los que mantuve largas discusiones. No podían ocultar su sorpresa por tener como interlocutor a una joven gazatí con educación y «normal». Con frecuencia escuché decirles el rol tan importante que juegan los medios a la hora de deshumanizar a la otra parte, lo que conlleva que los israelíes sean tan hostiles hacia los palestinos. Esto también sirve para los estadounidenses que, a menudo, me preguntaban si conozco lo que es una pizza, cómo puedo hablar inglés con tanta fluidez, si duermo en una cama o sobre el suelo, si compro la ropa en Gaza...

Puedes imaginarte con facilidad el grado de estereotipos que hay sobre Gaza y los palestinos en general. Eso contribuye a fomentar las políticas contra Gaza. Pensaban que Gaza es un mero santuario de muerte y miseria y que, por tanto, no tenemos ningún inconveniente en no tener servicios básicos. Después de muchos encuentros con académicos, estudiantes, políticos y miembros del Congreso, empezaron a percatarse de que los gazatíes también somos seres humanos que sienten la vida como ellos. La gente debe darse cuenta de que Gaza es como cualquier otra parte del mundo. Los gazatíes tenemos sueños, ambiciones, obsesiones, vicios, virtudes y expectativas como cualquier otra persona.

Tenemos gente con talento, levantamientos, compartimos el mismo amor por la vida. No es culpa nuestra que la muerte se haya convertido en nuestro día a día. Tenemos historias de amor y aspiramos a lograr la paz. Pero no a un tipo de paz que permita a Israel controlar nuestras vidas y construir colonias en mi tierra. Queremos un tipo de paz que nos haga recuperar nuestra libertad y dignidad. No es mucho pedir como ser humano.