Iker BIZKARGUENAGA

La ikurriña se exhibe en Bilbo como símbolo de democracia y de libertad

El tiempo, más otoñal que veraniego pero en absoluto inhabitual en Aste Nagusia, no acompañaba a manifestarse ayer a mediodía, pero a pesar de ello una nutrida movilización homenajeó a la ikurriña en Bilbo en el día grande de sus fiestas. Los convocantes situaron la enseña nacional como elemento representativo de la convivencia y la pluralidad de la sociedad vasca, y destacaron que se trata de un símbolo del «ansia de democracia y libertad» de este pueblo.

Hace años que coincidiendo con el día grande de Aste Nagusia la ikurriña es objeto de homenaje en Bilbo, pero el de ayer probablemente tuvo un sabor especial por cumplirse 120 años desde la primera vez que la enseña nacional vasca fue izada en esa misma ciudad. Y quizá por no querer perderse esa redonda efeméride también la lluvia, que más o menos estaba respetando las fiestas, hizo acto de presencia justo en el preciso instante en que iba a comenzar la manifestación, primero en forma de aguacero y luego como inclemente sirimiri.

Con todo, el tiempo no fue excusa para que la marcha estuviera nutrida por en torno a un millar de personas, que después del chaparrón inicial fueron congregándose tras la pancarta con el lema de la movilización: «Geurea ikurriña». Por delante, una enorme tricolor portada por representantes de las comparsas festivas abría camino.

El recorrido no fue el habitual, pues en vez de atravesar la Gran Vía hasta la plaza Circular, se desvió a la altura de Mazarredo para encarar los Jardines de Albia y el Palacio de Justicia, antes de enfilar por Buenos Aires hasta el edificio consistorial. Allí, tras un bertso y la actuación de un grupo de dantzaris, una representante de los convocantes tomó la palabra para recordar el hito que supuso para este pueblo la presentación pública de su bandera nacional, aquel 14 de julio de 1894, y evocar asimismo la persecución que la misma ha padecido y sigue padeciendo.

En este sentido, los promotores de la movilización recordaron a quienes secundaron la convocatoria que «los dos estados que nos niegan como pueblo no han escatimado esfuerzos en agredir, prohibir e inten- tar aniquilar nuestros símbolos de identidad», una estrategia de imposición que como señalaron ayer ante la fachada del Ayuntamiento, donde asomaba una rojigualda, también ha tenido presencia en Bilbo y en la propia Aste Nagusia. Y es que, como queda de manifiesto casi todos los días -sin ir más lejos esta misma semana en Oteitza-, «los intentos de asimilación no son cosa del pasado, no desaparecieron junto con Franco».

Libertad y pluralidad

Frente a esta persecución continuada, los organizadores de la manifestación presentaron la ikurriña como «elemento de convivencia y libertad», así como símbolo de la pluralidad que caracteriza a la sociedad vasca. En este sentido, hubo un llamamiento a que «el paisaje de nuestra ciudad sea reflejo de nuestra realidad nacional».

Y es que, a su juicio, la ikurriña «se ha convertido en símbolo de identificación y unión de vascas y vascos a lo largo y ancho de este mundo», del mismo modo que «ha representado el ansia de democracia y de libertad que se ha transmitido de generación en generación».

EH Bildu destaca que «aquí hay un pueblo que quiere decidir»

La movilización en favor de la ikurriña, convocada por un grupo de ciudadanos y ciudadanas de Bilbo, contaba con el respaldo de EH Bildu, y en representación de la coalición soberanista Maribi Ugarteburu hizo unas declaraciones a la prensa antes de que comenzara la marcha. Según explicó, a juicio de EH Bildu la enseña nacional vasca «no es sólo un símbolo de Euskal Herria, que lo es», sino que simboliza también «toda la pluralidad enriquecedora del país», así como «el derecho de nuestro pueblo a decidir libremente su futuro».

La parlamentaria abertzale manifestó que «todas las personas que vivimos y trabajamos en Euskal Herria tenemos que decidir cómo queremos organizar nuestra vida social, económica y política, cómo queremos relacionarnos entre los diversos herrialdes y cómo queremos también relacionarnos con el Estado español y con el francés». A este respecto, recordó que hay dos citas «de gran importancia política» en las próximas fechas, una en setiembre en Escocia y otra en noviembre en Catalunya, en las que ambos pueblos «van a poder manifestarse sobre su decisión política». En este sentido, explicó que Euskal Herria «también quiere subirse a ese tren». «Una mayoría social tiene muy claro que por encima de ideologías y de adscripciones aquí hay un pueblo que tiene derecho a decidir», apostilló. I.B.