Arnaitz GORRITI
Bandera de La Concha

Sangre fría, corazón caliente, y La Concha más infartante, a San Juan

La trainera de Pasai Donibane se hacía con la VII Bandera Femenina de La Concha, su edición más emocionante sin ninguna duda. Zumaia, que se llevó la tanda de honor, ascendía a la segunda plaza de la general, a tres segundos y medio de las vencedoras, y solo dos centésimas por delante de Hibaika. Orio también dio muestras de un progreso evidente.

Gritos, lágrimas, abrazos, besos, cánticos, balbuceos, sensaciones difíciles de describir... Una escena típica al final de un evento como la Bandera de La Concha. Pero mucho más en la regata femenina dirimida ayer, ya que San Juan estrenaba su palmarés en La Concha más infartante que jamás se haya visto en categoría femenina.

San Juan, Zumaia e Hibaika, en este orden, terminaron separadas por 3.54 segundos, después de que «Batelerak» se aferrase a la renta obtenida en la primera regata y de que la «Telmo Deun», campeona en ejercicio, adelantara a la «Madalen» por solo dos centésimas tras llevarse la tanda de ayer. Hasta Orio, pese a volver a terminar en cuarta plaza, dio muestras de un progreso que, en opinión de su delegado, Iñaki Arostegi, «si conseguimos mantener el bloque, esperamos meternos en la pelea por las banderas».

Cabeza fría, corazón caliente, y no aflojar. He ahí el secreto de una regata sin concesiones para nadie. Y es que no estaba el horno para bollos en la bahía donostiarra. Tres botes en cuatro segundos y medio dan para poner nervioso al más templado, y la patrona Nagore Osoro ponía los puntos sobre las íes antes de arrancar, dando cuenta de los barcos que se arrimaban en exceso al campo de regateo, estorbando a la calle uno, en este caso la «Telmo Deun». Quizá sus compañeras de pelea -incluso rivales- hubieran abogado por minar la bahía para tener el camino libre... Todo se andará. Con varios minutos de retraso, la VII Bandera Femenina de La Concha se ponía en marcha con una champa al que solo le faltó el rugir de los motores fuera borda.

Aguantarse o reventar

Visto en perspectiva, podría decirse que San Juan decantó su triunfo en esas primeras paladas. Sin dar opción ni confianza a sus adversarios y para no caer en la temida ansiedad que entorpeciera su remada, Inder Paredes y su «Batelerak» mostraron la proa desde el arranque. Zumaia no tardó en adecuarse al ritmo de su rival, mientras que Hibaika, que suele realizar sus regatas yendo de menos a más, se mantenía en tercer lugar, con Orio muy cerca.

Pero lo importante no era arrancar, sino aguantar. No hubo grandes variaciones de diferencias en toda la regata, y las tres favoritas se mantuvieron en la trainera de distancia en todo momento. Claro que, tan escasa era la renta entre unas y otras, que a nadie se le ocurría pensar en administrar ventaja alguna. Zumaia e Hibaika debían remontar, mientras que San Juan no tenía un colchón suficiente para sestear. Tocaba tener la cabeza fría, sí, pero sin dar cuartel al corazón.

Zumaia gana, pero no se impone

Pese a ir en cabeza en todo momento, San Juan cedió la cabeza de la regata a Zumaia en la ciaboga. El arranque de la empopada, con una ola larga procedente del este, pudiera haber supuesto algún quebradero de cabeza para Inder Paredes, pero esta supo mantener a la «Batelerak» casi a la par de la «Telmo Deun», sabiéndose campeonas de forma cada vez más consciente. «Hemos disfrutado una barbaridad», admitiría tras la llegada la patrona sanjuandarra.

Orio empezaba a ceder e Hibaika veía cómo Zumaia se le ponía justo delante en su calle. Las de Errenteria no cejaron, pero se vieron afectadas al ver que sus opciones de bandera caían en picado al inicio del largo final. Así pues, la pelea ya era solo entre Zumaia y Pasai Donibane.

Las patronas de estas dos embarcaciones casi se dejaron la voz en la champa final. Nadie podía abandonar la pelea, porque eran los últimos metros de la temporada y en la regata más bonita. Y además, la más emocionante. San Juan se sabía ganador, y quizá por eso cedió al final ante el empuje de la «Telmo Deun». Zumaia venció, pero no se impuso a la «Batelerak», dando paso a su júbilo desatado.

«Han sido los 200 metros más largos de la temporada»

Con las emociones desatadas a flor de piel, las trainera de San Juan mostraba un compendio de rostros congestionados. Lágrimas y abrazos por doquier, felicidad al cubo, y la certeza de que el trabajo realizado durante años y años, tenía la mayor recompensa.

«Esto es impresionante; tanto, que creo que todavía no somos capaces de asimilarlo del todo», reconocía la remera de «Batelerak» Josune Ugarte. «Hemos hecho una salida muy buena, y eso nos ha permitido ir por delante desde el inicio. Pero luego ya en la ciaboga no nos podíamos aclarar de cómo iba la regata. Por eso, los últimos 200 metros han sido los más largos de toda la temporada», añadiría, sonriente.

La patrona Inder Paredes tenía una perspectiva más privilegiada que Josune Ugarte. Por eso, la patrona sanjuandarra, aunque embargada por la emoción, admitiría que «hemos disfrutado muchísimo».

«Todavía no me lo creo. Estoy súper feliz. Zumaia ha remado realmente bien y por eso se nos ha adelantado, pero nosotras hemos conseguido hacer lo que teníamos que hacer. De hecho, al final hemos disfrutado muchísimo de la prueba y logramos el objetivo», explicó.

Más tranquilo, Xabier Arraras, delegado de Pasai Donibane en tierra, sentenciaba lo que significaba el triunfo de «Batelerak». «Le hemos puesto la guinda al pastel. Veníamos trabajando muy duro con las chicas desde hace algunos años, y esta temporada nos ha salido perfecta. Ganamos La Liga Euskotren, la Guipuzcoana, el Campeonato de Euskadi... y La Concha ha sido ponerle la guinda, por lo que estamos muy felices, porque esto va a pasar a la historia. Los distintos entrenadores han hecho un gran trabajo con las chicas: Maite Zunzunegi primero, Ander -Otero- y ahora Juan Mari -Etxabe-, que ha dado el fruto de este gran resultado», culminó. A. G.