Los ataques del Estado Islámico (EI) en Rojava (Kurdistán Occidental, Siria), han provocado el desplazamiento de miles de personas, sobre todo mujeres, ancianos y niños hacia Kurdistán Norte, bajo administración de Turquía.

En los últimos cinco días los yihadistas llevan a cabo una ofensiva en la que se habían apoderado de 24 localidades kurdas en Rojava y amenazaban con hacerse con Kobane, la tercera ciudad kurda en Siria.

Fuentes opositoras sirias afirmaron que ayer ya habían capturado hasta 60 localidades y se desconocía la suerte de cientos de sus habitantes.

Los combates se desarrollaban ayer en cinco frentes y afectaban al menos a trece localidades en torno a Kobane, con tanques, artillería y cohetes, según las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que presentan una dura resistencia a los yihadistas.

Pero además, fuentes kurdas acusaron a Turquía de estar implicada en el conflicto ayudando al EI, no solo permitiendo que sus heridos pasen la frontera, sino con municiones y apoyo logístico por tren.

Turquía, forzada a abrir el paso

Ante la progresión del EI, casi 4.000 kurdos han atravesado la frontera que delimita los estados de Siria y Turquía. Ankara en un principio rechazó su entrada y patrullas turcas en el municipio fronterizo de Suruç, habían establecido medidas de seguridad para impedir que los desplazados, que se agolpaban en la frontera desde el miércoles, entrasen en territorio turco.

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, anunció que había ordenado enviarles ayuda humanitaria. Pero la tensión creció y numerosos kurdos reclamaban la entrada de sus familiares -a ambos lados viven kurdos de las mismas comunidades- y llegaron a lanzar piedras contra las patrullas militares, que respondieron con gases lacrimógenos.

Poco después de esos incidentes, las autoridades turcas dieron la orden de abrir la verja y cientos de kurdos se pusieron a salvo en el norte de Kurdistán, desde donde se podían escuchar las detonaciones de los combates entre los yihadistas del EI y las milicias kurdas de las YPG. Algunos proyectiles perdidos han caído incluso en el lado «turco» durante los últimos días.

A la vez, habitantes de Kurdistán Norte se movilizaron para defender a los kurdos de Kobane y miles de personas acudieron a Suruç para apoyarlos.

Selahattin Demirtas, copresidente del prokurdo Partido Democrático de las Regiones (DBP), el cuarto del Parlamento de Turquía, criticó el cierre de la frontera a los refugiados, algo que refuerza a los yihadistas del EI, aseguró. Advirtiendo de la dimensión de los ataques del EI, pidió a organizaciones e instituciones, así como a los jóvenes kurdos y turcos ir a apoyar a los kurdos de Rojava y combatir a los yihadistas, un paso que ya han dado muchos jóvenes en Kurdistán Norte. «No seremos meros espectadores de la honorable resistencia de Rojava», insistió.

Barzani reclama ayuda

También el presidente de Kurdistán Sur, Masud Barzani, instó a la comunidad internacional a que «use todos los medios» para proteger la ciudad de Kobane ante el avance de los milicianos yihadistas .

El Partido de la Unión Democrática (PYD), partido kurdo en Siria, hermanado con el PKK, apeló a actuar de forma inmediata y a una movilización general en la región, recordando que ofensivas previas en junio y julio fueron frenadas por la resistencia.

Igualmente, el Congreso Nacional Kurdo pidió a los kurdos el norte que acudan a la frontera en un acto de solidaridad y resistencia, y condenó el silencio de los gobiernos occidentales, sobre todo la UE y la coalición internacional que se ha puesto en marcha EEUU para intervenir en Irak.

Habitantes que huyeron de las ciudades que el EI ha tomado en la provincia de Tel Hamis relataron escenas terroríficas de masacres, cabezas cortadas y mujeres violadas,