Joseba SALBADOR

El temor a la recesión en la eurozona reaviva las críticas a la austeridad

Los datos macroeconómicos que demuestran que la economía europea sigue sin recuperarse han encendido esta semana las luces de alarma, también en las bolsas, que han registrado un fuerte correctivo, un tanto exagerado para algunos expertos, pero reflejo de una crisis de confianza. A medida que se acrecienta el miedo en el ambiente, son cada vez más las voces que reclaman verdaderas políticas de crecimiento que sustituyan a las de austeridad.

El miércoles fue un día de infarto en las bolsas europeas, que se desplomaron en torno a un 3% poniendo punto final al frágil equilibrio que habían propiciado los últimos estímulos de los bancos centrales. Entre las razones que provocaron esta caída se encuentra el miedo a que la eurozona entre de nuevo en recesión pero también otros factores, como los nuevos casos de personas infectadas por ébola en el mundo o los riesgos geopolíticos, con las guerras de Ucrania y el Estado Islámico.

Por ello, conviene no perder de vista que la evolución de los mercados no refleja muchas veces la marcha de la economía real. No hay más que fijarse en el crecimiento prácticamente ininterrumpido registrado por los mercados desde 2012.

Sin embargo, esta reacción sí refleja una crisis de confianza de los inversores, alimentada por los malos datos de las principales economías europeas, así como por los problemas de Grecia después del anuncio de su Ejecutivo de abandonar el plan de rescate europeo en 2015 para liberarse de las draconianas condiciones impuestas por la troika. Esta última noticia es la que vino a dar la puntilla a un panorama poco esperanzador provocado por el parón de las economías alemana, francesa e italiana.

Y es que la locomotora europea, por ejemplo, perdió un 0,2% del PIB entre abril y junio, y las previsiones de crecimiento para 2015 se han rebajado del 2% al 1,3%, mientras la producción industrial de la eurozona sigue cayendo.

Todo ello está teniendo su impacto en las exportaciones vascas, que en agosto rompían la tendencia positiva que venían registrando desde principio de año. Así, mientras en la CAV cayeron un 3,1%, el descenso llegaba hasta el 13% en el caso de Nafarroa. Ahora toca comprobar si todos estos datos se repiten hasta final de año o si no han sido más que una circunstancia puntual.

Los expertos, no obstante, ven «corrientes de fondo» en la economía internacional favorables a la recuperación de la economía en la eurozona, en referencia a la caída del precio del petróleo y la depreciación del euro frente al dólar, lo que puede impulsar las exportaciones. Aunque también es cierto que una bajada del precio del petróleo es sinónimo de menor demanda y, por tanto, menor crecimiento.

Políticas de crecimiento

A medida que se van acrecentando estos temores, cada vez son más las voces que culpan de esta situación a las políticas de austeridad y de rigor, y reclaman impulsar políticas de crecimiento, en vista además de que son los países centrales de la eurozona -principales defensores de la disciplina fiscal- los que están sufriendo el mayor varapalo. Así, a los malos datos de Alemania se suman los de Holanda, que sufría un desplome del 0,4% entre enero y marzo, mientras que Finlandia se resentía un 0,3% en el mismo periodo, Suecia un 0,1% y Dinamarca caía un 0,3% en el segundo trimestre.

Son estos resultados los que están poniendo en duda los modelos de austeridad. Lo hacía esta misma semana el primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien advertía de que la crisis económica no está resuelta y reclamaba al resto de gobiernos europeos una apuesta por las políticas de crecimiento y «no por la austeridad y el rigor».

El presidente francés, François Hollande, cuyo Gobierno ha reconocido que no logrará situar el déficit público por debajo del 3% del PIB que marca Bruselas hasta 2017, subrayaba el viernes, en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que debe hacerse el mejor uso posible de la flexibilidad prevista en las reglas de disciplina presupuestaria para que su aplicación no frene el crecimiento.

«Hemos emprendido reformas estructurales no para complacer las directivas que nos lleguen de Europa o de organizaciones internacionales; hacemos esas reformas por el crecimiento y el empleo», afirmó en una intervención ante la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, y el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim.

Entretanto, la canciller alemana, Angela Merkel, insistía el jueves en reclamar a «todos» los socios europeos que respeten el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, «ancla central» para que se vuelva a confiar en la eurozona.

Obviando las dudas sobre la salud de la zona euro, Merkel se agarró a un clavo ardiendo al referirse a las economías española, portuguesa o irlandesa como «primeros éxitos» de las reformas emprendidas en Europa.