El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, decía el pasado jueves que no entendía que se pusieran «palos en las ruedas» a Kutxabank, en referencia al borrador del Banco de España que obliga a las fundaciones bancarias a reducir su participación en la entidad de crédito por debajo del 50% o, de lo contrario, a crear un fondo de reserva al que deberán destinar cantidades que podrían ascender a 700 millones de euros.

Pero lo que Ortuzar ocultaba es que lo único que ha hecho el Banco de España ha sido aplicar lo que recoge la Ley española de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias, en la que se incluyen las enmiendas acordadas por el PNV y el PP. Una de ellas es precisamente la que ofrece a las fundaciones la posibilidad de reducir su participación en la entidad de crédito hasta situarse por debajo del 50% para evitar la creación del fondo de reserva, algo que abre las puertas a la entrada de accionistas privados.

Tras el acuerdo alcanzado a finales del pasado año con el PP, el portavoz económico del PNV, Pedro Azpiazu, se mostraba «satisfecho» por el paso dado, ya que la enmienda introducida «posibilitará que las cajas no tengan que crear dicho fondo de reserva».

Por todo ello, Mikel Noval, responsable de Estudios y Política Social de ELA, señala en la página web del sindicato que «no hay quien se crea» que el Banco de España vaya por su cuenta, ni que a Kutxabank no le gusten las condiciones impuestas, ya que «aquí existe un plan acordado desde el principio, y ejecutado a plazos, para que en cinco años la mayor parte del capital de Kutxabank esté en manos de accionistas privados».

Las duras condiciones impuestas para que las fundaciones puedan seguir ostentando el control del banco y la posibilidad de evitar esos requisitos reduciendo la participación, a juicio de Mikel Noval, abren la vía a que la gran mayoría del capital de Kutxabank pase a manos del capital privado, un objetivo que buscaban «quienes diseñaron esta operación desde el principio, así que realmente no creo que estén nada tristes por lo que ha planteado el Banco de España».

Por ello, el dirigente de ELA se plantea que «si fuese verdad que no les gusta lo que plantea el Banco de España, habría que preguntarles si han hablado antes con el Banco y, si es así y sabían lo que el Banco iba a decir, lo han ocultado».

«Y si no lo sabían -se pregunta- ¿cómo se puede entrar a una operación como la transformación en fundaciones bancarias para que al día siguiente te planteen unas condiciones inasumibles? Deberían dimitir. Pero no lo van a hacer porque realmente están de acuerdo en que Kutxabank se deje en manos de los especuladores», sostiene, antes de recalcar que los responsables de esta situación son «el PNV, el PP, el PSOE, CCOO, Pixkanaka. Todos ellos son la casta que ha dado cobertura a este proceso», concluye.

LAB y EH Bildu

La tesis defendida ayer por Mikel Noval la avanzaba el jueves la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, quien aseguró que se trata de «una privatización buscada, deseada por Fernández y todos sus apoyos políticos».

Según señaló, «el Banco de España está ayudando a Mario Fernández, está siendo la punta de lanza de lo que PNV, PSE y PP querían y han hecho con Kutxabank».

También EH Bildu recordaba que el PNV fue, en diciembre de 2013, el único partido que negoció y aprobó con el PP la Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias» -PSOE y CiU se abstuvieron-, y que es en esa legislación en la que «se escudan constantemente para justificar todos los pasos que vienen dando».

La decisión de convertir las cajas en fundaciones bancarias, añade EH Bildu, «la tomó el PNV y se consumó el pasado viernes. No porque la ley así lo obliga, porque se podían convertir en fundaciones ordinarias», señala.

En este sentido, reitera que la legislación española y el Banco de España obligan a las cajas a reducir su participación en Kutxabank, pero «no a la venta de acciones». Por lo tanto, EH Bildu reitera que BBK, Kutxa y Caja Vital «tienen la opción de devolver sus acciones a las instituciones públicas de los herrialdes que son las fundadoras de las cajas».