Iñaki TELLERIA

La patentes, asignatura pendiente de la inversión tecnológica vasca

El informe «Las patentes en Euskal Herria», obra de Gaindegia, confirma la caída de éstas a partir de 2008, año en el que los golpes de la crisis eran ya evidentes. La importante inversión en investigación y desarrollo -que, sin embargo, ha sufrido un notable descenso en 2013- no se corresponde con el retraso respecto a la UE en el registro de patentes.

Hasta llegar el siglo XXI Euskal Herria no ha sido consciente de la importancia de registrar las patentes de sus creaciones. De hecho, a principios de los 90, cuando se empezaron a elaborar las estadísticas, en la Unión Europea (UE) se patentaba cuatro veces más que aquí. Por eso se piensa que los vascos «son buenos copiando, pero no inventando».

Pero, resulta paradógico que, con la importancia que se da a la inversión de las empresas en I+D, esta circunstancia no tenga su reflejo de la generación de patentes. Por ejemplo, en 2012 el número de profesionales vascos en el sector de la Innovación y el Desarrollo era del 2,13% del total de ocupados. Una cifra similar a Dinamarca y ligeramente inferior a Finlandia. Sin embargo, sus patentes son muy superiores, aunque también hay que reconocer que las inversiones vascas en I+D se han reducido en el último lustro. Esta misma semana se hacían públicas cifras del Eustat según las cuáles la CAV destinó en 2013 un 4,1% (1.316 millones) menos que en 2012 a investigación y desarrollo.

El informe elaborado por Gaindegia, que recoge también datos de Eurostat, la Agencia Europea de Patentes y de Galbaian Intellectual Property -cooperativa de Mondragón que asesora sobre patentes- refleja que fue a partir del 2000 cuando empezó a crecer significativamente el número de patentes. Se empezó a reconocer su importancia para el desarrollo de la industria local y la venta de productos propios, reduciendo la dependencia de las tecnologías y precios marcados por terceros. Así, en 1990 no hubo más que 14 registros por cada millón de habitantes, mientras que en 2003 la cifra subió a 40,3 y en 2004, a 62,7. El pico más alto llegó en 2008 con 73,5 patentes.

Las patentes se clasifican en ocho sectores principales: Ingeniería mecánica, necesidades corrientes o sociales, técnicas industriales transporte, químicas y metalúrgicas, textiles y papel, construcciones fijas, física y electricidad. En Euskal Herria, es en el sector de la ingeniería mecánica donde se registran más patentes: en 2010 fueron una de cada cuatro. También tienen peso las del sector de técnicas industriales y transportes (1%7); necesidades corrientes de la vida (15%); construcciones fijas (13%); y electricidad (1%1).

Y en esto llegó la crisis

Las aceptables cifras de 2008, límite a partir del cual se empezaron a notar los efectos de la crisis, se cayeron al año siguiente en todos los territorios, hasta la mitad en Araba e Ipar Euskal Herria. Nafarroa, la más destacada en 2008 con sus casi 105 patentes por millón de habitantes, las vio reducidas en 2010 hasta las 67,5 por millón de habitantes. En 2010 -los datos más recientes de Eurostat- se registraron 159 patentes en Euskal Herria; 51,4 por cada millón de habitantes. Ese año, de media, se hicieron en la UE 111 registros por millón de habitantes, más del doble.

En cualquier caso, el informe de Gaindegia matiza que el registro de patentes se concentra especialmente en ciertas regiones, que son las que suben la media europea. De hecho, en Gipuzkoa y Nafarroa se patenta tanto como en algunas zonas del Estado francés, del norte de Italia, Gran Bretaña o Suecia. Sin embargo, no hay quien supere a Alemania y así, en 2010, de entre las 76 regiones con más patentes registradas, 70 eran alemanas. En todas ellas se registraron más de 250 patentes.

Otro ejemplo que resulta clarificador es el de la región alemana de Baden-Württemberg, que por su tradición industrial y nivel de vida se ha comparado muchas veces con Euskal Herria. Aunque, en cuanto a patentes, la diferencia es enorme. En 2010 se registraron allí 286,6 patentes por cada millón de habitantes, lo que supone a entre 5 y 6 veces más que en Euskal Herria.

El lastre del estado español

Sin embargo, las patentes no dependen solo del talento de científicos o ingenieros y de los medios técnicos. En algunos casos su registro es un proceso costoso y largo, que condiciona la decisión de presentarlas o no.

La Patente Única que prepara la UE tratará de solventar tanto los trámites administrativos como el precio de los mismos, que se reducirán de los 36.000 euros actuales a 5.000. Esta patente tendrá valor simultáneo para 25 estados, dado que Italia y el Estado español han decidido quedarse fuera de la normativa. De tal forma que mientras los ciudadanos de Ipar Euskal Herria se verán beneficiados, los de Hegoalde deberán sobrellevar el lastre español.