Martxelo Díaz
Kazetaria
IKUSMIRA

¡Fíate mucho de la Virgen y no corras!

Yesa va bien. La seguridad está garantizada». Este podría ser el resumen de las declaraciones que el presidente de la CHE, Xavier de Pedro, realizó ayer durante la visita que parlamentarios navarros realizaron a la presa de Esa. «No hay deslizamientos ni los habrá y quienes cuestionan la viabilidad de esta obra son agoreros e indocumentados». Podría ser otro resumen.

Cualquier corredor de encierros sabe que está bien encomendarse a San Fermín o a la Virgen del pueblo correspondiente, pero que cuando vienen los toros hay que apretar a correr. «¡Fíate de la Virgen y no corras!», que se suele decir.

Podremos ser malpensados, pero de De Pedro nos fiamos menos que de la Virgen. Por eso, igual que se corre delante de los toros, se reclama un informe independiente sobre los deslizamientos de las laderas de Esa.

No es por no creer a De Pedro, pero la última vez que le escuché proclamar desde la presa actual de Esa que la seguridad estaba garantizada y que no iba a haber más deslizamientos, no pasaron ni 48 horas para que la tierra se volviera a mover. Y fue el mes pasado. Ayer, todavía se veía cómo habían rellenado el último hueco dejado por los deslizamientos, el que se llevó por delante una pista de las obras.

Lo cierto es que para oponerse al pantano de Esa no hace falta recurrir al tema de la seguridad. Se puede destacar su falta de viabilidad económica (que pregunten en Lerín por el agua de Itoitz) o el daño ecológico que provocará. Se puede subrayar que vuelve a castigar a comarcas deprimidas económicamente por décadas de no recibir una inversión pública en condiciones. Se puede decir que hay alternativas para garantizar el riego en Bardenas sin construir la nueva macropresa...

Pero también se puede cuestionar la seguridad porque estamos viendo que las laderas se siguen deslizando y las obras continúan como si nada. Erre que erre. «Eppur si muove!», que diría otro agorero.