Oihane Larretxea
Periodista
IKUSMIRA

Desde París con amor

Dicen que París es maravillosa. Una ciudad romántica donde dar largos paseos junto al Sena. Cuenta con uno de los museos más importantes del mundo, con auténticos tesoros en su interior. Lo mejor de la ciudad, no obstante, debe de ser perderse por sus calles y dejarse llevar. De los crepes con chocolate mejor ni hablamos.

No le engaño señor Rajoy, lo cierto es que he estado algunas veces más que unas cuantas veces. No han sido viajes de negocio, ni tampoco escapadas románticas, aunque en cierta manera sí han sido viajes por amor. Aunque le joda.

Supongo que conoce usted París. Probablemente habrá ido en menos ocasiones pero en mejores condiciones; por eso, sus viajes y los míos, los nuestros, poco se parezcan.

Podríamos buscar las siete diferencias. Le cuento. Son salidas relámpago, de 24 horas, 48 a lo sumo. Y es curioso, pero es el único viaje que a la vuelta nadie se preocupa por cómo te lo pasaste, sino por cómo llegaste. Especialmente a la ida, al llegar al destino, hay que llamar a casa. «Aita, ama, el viaje bien. Luego hablamos». «Qué bien, nos quedamos más tranquilos. Dadle un beso de nuestra parte». Click. Ya ve, somos muy detallistas.

Qué más podría contarle... ¡ah, sí! viajamos en clase turista y de noche, sobre una silla reclinable en la que las horas se hacen eternas. Sobre ellas agotamos todas las posturas y los temas de conversación posibles, pero nos entretenemos y nos apoyamos mutuamente. Hablo en plural porque no viajo sola. Pero ese mérito, el de cruzar a personas maravillosas en mi camino, no es mío, sino suyo. Desde aquí le doy las gracias por ese favor que nos hace cada fin de semana.

Créame que siento enviarle una postal tan aburrida desde la que llaman Ciudad del Amor, pero después de que nos insultara, nos provocara de esa forma, no cabía otra cosa. Désolé! Prometo una segunda, pero será desde Ciudad Real. Gracias, esta vez, por su interés en que conozca la geografía española. Lo haré con amor.