Juanjo BASTERRA

El nuevo presidente de Kutxabank no despeja las dudas sobre los inversores

El nuevo presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, no desveló qué pasará con el capital social del banco. No despejó ninguna duda que partidos políticos, organismos sociales y sindicales le trasladaron para dar marcha atrás a ese camino de privatización del banco. Sí dijo que su intención es garantizar que el negocio del banco fluya para que pueda repartir beneficios y éstos lleguen a la obra social, a través de las fundaciones bancarias. Se quedó ahí.

Gregorio Villalabeitia, nuevo presidente de Kutxabank, no despejó ninguna duda sobre la entrada de capital privado, que es lo que ha desencadenado la salida de Mario Fernández de una manera un tanto precipitada. No admitió preguntas de los periodistas, aunque saludó a todos los asistentes.

No hubo ningún gesto para quienes le pidieron, un día antes, un cambio de rumbo en la actuación de Kutxabank, como EH Bildu, LAB y ELA, tras conocer la marcha de su antecesor Mario Fernández. Este último, desde el pasado mes de febrero, trasladó y aceleró el proceso para vender el 70% del banco, porque a su juicio con el 30% en manos de las fundaciones bancarias propietarias de Kutxabank era suficiente para garantizar el control.

En una comparecencia pública muy breve, en presencia de los tres presidentes de las fundaciones bancarias, Vital (Fernando Aranguiz), BBK (Xabier Sagredo) y Kutxa (Xabier Iturbe), propietarias del accionariado de la entidad bancaria, agradeció al expresidente de Kutxabank su labor y dijo que fueron «colegas en BBVA».

Sí destacó que los nuevos retos que se marca son «recuperar la confianza del sector financiero», hacer frente «a la irrupción de competidores no regulados» y «avanzar en la digitalización y procesos de mejora del negocio bancario». En este sentido, explicó que «nos toca mirar no tanto al test de estrés , sino concentrarnos en el negocio bancario, los clientes, en la rentabilidad. Debemos obsesionarnos por no bajar la guardia ante el riesgo de este negocio»

Son elementos que consideró esenciales, porque a su juicio, no se espera que los tipos de interés aumenten a un corto plazo, «que no nos ayuda al desarrollo de este negocio», por lo que la rentabilidad en ese aspecto siempre estará muy por debajo, como explicó.

Admitió que «no renuncia a ningún reto» y aseguró que su objetivo cercano se encuentra en «crear valor para el accionista: buscar más beneficios para elevar los dividendos para las fundaciones bancarias, que son las que deben mantener la obra social; es decir nuestra razón de ser como entidad financiera y no debemos tener complejos», señaló el nuevo presidente de Kutxabank.

Gregorio Villalabeitia agradeció la confianza que han depositado en su persona y añadió que se encuentra «comprometido a nivel profesional» y «retado convenientemente ante un futuro exigente» en la presidencia de Kutxabank, «una entidad que por encima de todo tiene un punto de partida muy sólido», como explicó en este acto breve, sin preguntas de los periodistas.

Aunque el expresidente Mario Fernández explicó a los representantes sindicales en su despedida que el Banco de España aceptará las demandas que han realizado a la circular, para que Kutxabank no sea considerado grupo y no tenga que poner un fondo de 700 millones, sino siete veces menos que esa cantidad, el nuevo presidente Gregorio Villalabeitia no desveló si seguirá como su antecesor con la idea de vender a inversores privados parte del banco.

Marcha atrás

Lo cierto es que la Plataforma contra la Privatización de Kutxabank manifestó ayer que la dimisión de Mario Fernández debe aprovecharse para dar marcha atrás en el proceso de privatización. «La dimisión del presidente de Kutxabank, Mario Fernández, es consecuencia de la presión social ejercida para exigir que ni una sola acción de esta entidad se deje en manos del capital privado. Sin embargo, esta dimisión no significa que se haya planteado ningún cambio de fondo».

Esta plataforma entiende que que «las razones para la decisión de Mario Fernández son simplemente de orden táctico. La cercanía de las elecciones y la presión social generada por este expolio de recursos comunitarios vascos está en el fondo de esta disputa táctica entre PNV y el presidente dimisionario». Advirtió que esa dimisión «no arregla el desaguisado y no hay solución para el despropósito de la privatización de Kutxabank por la vía emprendida por los privatizadores».

Por otro lado, la Plataforma de Afectados por el IRPH de Gipuzkoa, «IRPH Stop Gipuzkoa», tendió ayer la mano al nuevo presidente de Kutxabank y aseguró que «estimamos en 100 millones la cantidad que ese banco nos tendrá que devolver por ese tipo de interés elevado ilegal que nos han aplicado y que los juzgados están dándonos la razón». Recuerda que son ya 31 sentencias a favor de los afectados y en contra de Kutxabank por lo que pidieron a Villalabeitia «que negocie», pero exigieron la dimisión de Iturbe.