Iñaki TELLERIA
DESDE LA GRADA

A pesar del tiro en el pie de Laporte

Cuando mejor color tomaba el partido para el Athletic, Laporte, en una acción injustificable, hizo que el último cuarto de hora resultara agónico.

Pudo ser expulsado antes en una incomprensible tangana con Finnbogason, en la que tenía todas las de perder y sin que mediara peligro alguno. Pero el árbitro le perdonó. Sin embargo, siguió erre que erre, como la burra al trigo, y en otra jugada en la que no estaba obligado a ir al límite propinó un golpe a Xabi Prieto en un salto. Total, que lo que estaba tomando color de victoria a domicilio, porque el equipo se iba sintiendo cada vez más cómodo en el campo, terminó siendo un cuarto de hora de agonía. Menos mal que la Real no estaba para echar cohetes y Vela se había desconectado del partido.

Desde la grada se veía venir lo de Laporte, lo que no sé es si lo veían sus compañeros o el propio Valverde. Parece que nadie le dió un bufido o si se le dió, el defensa se hizo el loco.

Hasta entonces, lo que se vio en Anoeta fue uno de esos comienzos del Athletic con empanada. Al tercer minuto, en un jugada en la que falló toda la defensa, el partido se puso muy cuesta arriba. El equipo rojiblanco quedó tocado y durante toda la primera parte jugó a rebufo de las arrancadas de la Real, con una banda inútil -la de Balenziaga y Muniain- y un centro de campo que no hacía más que correr detrás del balón, sin capacidad para ganar un solo balón dividido. Unai López también parece que le ha pillado el sitio a Beñat, pero el joven jugador no tuvo el día ante su exequipo. A otro que se echó en falta fue a Ibai Gómez después de la buenas sensaciones que dejó en el partido de Champions ante el BATE Borisov. Jugó en su lugar Muniain que lleva toda la temporada sin encontrar el rumbo. No aportó nada en ataque y tampoco echó una mano al necesitado Balenziaga.

En estas circunstancias, las buenas noticias solo podían llegar desde la banda derecha. Así, Susaeta se tuvo que ir a los dominios de Muniain para que se viera un centro de fuste. Le salió clavado a la espalda de la defensa realista y esta vez De Marcos devolvió al Chory el roto que le había hecho en el primer gol del partido. El empate dio confianza al Athletic, que empezó a jugar con criterio y a visitar con más asiduidad al área de Zubikarai. Pero en esto que llegó el tiro en el pie de Laporte y la remontada se quedó así a medias.