Las causalidades existen. Todos hemos comprobado cómo por una casualidad ha sucedido algo inesperado en nuestra vida. O deseado. O incomprensible. Pero las reiteradas muestras de incidencias en una misma dirección no se puede considerar nada casual, sino fruto de una consigna llevada a cabo desde la más estricta reiteración de unos factores que cada vez que se ordenan de la misma manera acaban dando el mismo resultado. Y siempre en la dirección adecuada a los intereses del poder.

No es casual, por ejemplo, que en la inmensa mayoría de las veces que se intenta colocar un rótulo referente a Pablo Iglesias, el de Podemos, en todos los canales e informativos de TVE existan errores, erratas o coincidencias descalificadoras. No puede ser casual que hace unas semanas lo nombraran secretario general de IU una vez y en otra algo referido al PSOE. No es casual que cada vez que se habla de Tania Sánchez, la candidata de IU a presidenta de la Comunidad de Madrid, se ilustre con algo referido a Pablo Iglesias, su compañero sentimental, novio o como ellos quieran llamarse. No es casual que sea en 24 horas, el desinformativo dirigido por Sergio Martín, donde se dan con mayor estadística estas casualidades y otras del mismo rango que siempre van en la misma línea argumental de lo que los bocazas o portavoces de la banda emiten de manera reiterada y orquestada cada día.

No es causal tampoco que cada vez que se detiene a alguien relacionado con la extrema derecha española más violenta, la que se expresa a palos, cuchilladas y pistolas, siempre aparezca en su biografía que ha sido o es militar o miembro de las fuerzas del orden españolas. Parece que sea una vía de conexión demasiado frecuentada como para que las casualidades se den en ese porcentaje tan constante de vinculaciones. Lo vemos ahora mismo con los detenidos como supuestos integrantes del Frente Atlético a los que se les implica en el asesinato hace unos días de un integrante de los grupos de seguidores del Deportivo de A Coruña. Dos de los detenidos ayer lo son en activo y otro, un taxista con dos hijos al que se le acusa directamente, había sido también militar. No es casual. No puede serlo.