Pablo GONZÁLEZ / AGENCIAS

Para evitar el desánimo, Putin fija el fin de la crisis en el plazo de dos años

El presidente ruso, Vladimir Putin, repasó la conflictiva actualidad del país mientras respondía a las preguntas que le hicieron representantes de una multitud de medios, tanto rusos como de otras naciones. La economía fue uno de los ejes principales de la conferencia, lo que venía motivado por la fuerte caída del rublo de las últimas semanas, como también se abordaron las relaciones internacionales y la situación interna del país. Sin sorpresas en sus respuestas.

Moscú fue escenario ayer de la rueda de prensa anual del presidente ruso. Este es el décimo año consecutivo en el que el dirigente del país reúne a los representantes de gran parte de los medios de comunicación rusos y a muchos de los más difundidos en el resto del mundo para contestar a las preguntas que le van formulando los periodistas. Sus respuestas suelen ser reflejo de la situación del país y sirven para hacer balance del año que termina. Además, Vladimir Putin suele dar alguna sorpresa o protagonizar alguna salida de tono en temas concretos, pero en esta ocasión no trascendió nada muy especial; todas las respuestas eran previsibles y enmarcadas en la línea marcada claramente por el Kremlin en los últimos tiempos.

En total, fueron 38 las preguntas a las que contestó el presidente ruso; la mayoría, formuladas por periodistas locales, aunque también por representantes de países tan diferentes como Ucrania, Irán o EEUU. Pocas fueron las cuestiones que se puedan considerar agresivas y, si hay que destacar algunas por incisivas, serían la formulada por un periodista ucraniano o la de la opositora Ksenia Sobchak.

En la primera, se le requirió a Putin por la intervención rusa en el este de Ucrania, a lo que respondió sin tapujos que Rusia ayuda y seguirá ayudando a la población de los territorios del Donbass, sin especificar demasiado la naturaleza de esa colaboración. Sobre los combatientes rusos que se encuentran en el Donbass, Putin comentó que «son personas que por una llamada del corazón participan en unos combates, no son mercenarios, ya que no reciben dinero por ello».

La pregunta de Sobchak versó sobre la persecución dentro de Rusia de las personas consideradas opositores a Putin. Ante ello, el presidente declinó toda responsabilidad y apuntó a los propios opositores, los cuales, según dijo, «tienen que aprender a responder por sus actos». Nada nuevo en la retórica del Kremlin.

La economía global

Pero los temas que más preocupaban a quienes participaron en la comparecencia de ayer eran la economía interna y las relaciones internacionales del país. Debido a la fuerte caída que ha experimentado en las últimas semanas el rublo, se le preguntó por la crisis que atraviesa la moneda rusa y el contexto en el que se ha producido. Putin dijo que considera esta crisis como algo coyuntural. «Aun en las condiciones más adversas, creo que saldremos de la crisis en dos años», auguró.

Sobre el giro que está experimentando la política exterior rusa tras la firma de acuerdos energéticos con China y Turquía, Putin explicó que ello se debe a «procesos en la economía global, ya que la parte oriental de la región de Asia-Pacífico se desarrolla más deprisa que otras partes del mundo».

En el resto de temas de política exterior, el presidente ruso mantuvo la esperada línea agresiva hacia Occidente.

El oso que no descansa

Putin incidió en que Rusia «no está pagando» por la anexión de Crimea, puntualizando que lo único que ha hecho como país es defender «su soberanía» y «su derecho a la existencia». Así recogió Europa Press su explicación sobre este punto: «No estamos pagando por Crimea. Es un pago por nuestro deseo natural de conservarnos como civilización y como estado».

En este contexto, recordó que, tras la caída del muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética en 1989, su país se abrió al exterior y, al mismo tiempo, vio cómo algunas naciones daban «apoyo al terrorismo en el Cáucaso Norte».

De ahí pasó a utilizar la metáfora de que Rusia es como «un oso» que se está «defendiendo» y que no puede «descansar» ni bajar la guardia porque, si lo hiciera, «todos» tratarían de capturarlo para ponerlo «en cautiverio». Y, a continuación, acusó a las potencias occidentales de estar creando «nuevos muros» frente a Rusia desde que se «derrumbó» el de Berlín.

Y esa acusación la ilustró con datos concretos, como el hecho de que, tras la caída del muro en la actual capital alemana, la OTAN ha realizado «dos olas de ampliación» hacia el este europeo o, lo que es lo mismo, hacia las fronteras rusas. Los países de Occidente «decidieron que son los vencedores», dijo. «Ellos no dejaron de construir muros a pesar de todos nuestros intentos de colaboración», insistió.

Consecuente con esa línea argumental, Putin defendió las patrullas que la aviación militar rusa está realizando en «las fronteras de la OTAN», aduciendo que es una respuesta a las acciones de Estados Unidos, tal como difundió la agencia Efe.

«A principios de los años 90, Rusia suspendió completamente los vuelos de la aviación estratégica en ciertas zonas remotas -afirmó-. Y los aviones norteamericanos con armas nucleares siguieron volando. ¿Contra quién? ¿A quién amenazaban?». A renglón seguido, subrayó que Rusia reanudó los vuelos hace apenas dos años en zonas como el Atlántico Norte en respuesta a las acciones de la OTAN. «Nosotros estuvimos años y años sin volar. Y solamente hace un par de años reanudamos los vuelos. Así que, ¿quién es el que provoca? ¿Acaso, nosotros?».

Recordó que Rusia únicamente tiene dos bases en el extranjero, en Kirguizistán y Tayikistán, y señaló que estas responden al aumento de «la amenaza terrorista» en Asia Central. Mientras, agregó, Estados Unidos «tiene bases militares en todo el globo». Y devolvió la pregunta: «¿Y usted dice que nos comportamos de manera agresiva? ¿Dónde está el sentido común? Las fuerzas militares norteamericanas hacen esto en Europa con armas nucleares tácticas».

«Nosotros no atacamos a nadie. Solo defendemos nuestros intereses nacionales. El malestar de nuestros socios occidentales, en particular los norteamericanos, está relacionado con que nosotros hacemos exactamente eso», indicó para explicar la tensa situación creada tras el inicio del conflicto en Ucrania.

La UE refuerza el embargo a Crimea

Los Veintiocho adoptaron ayer nuevas sanciones destinadas a aislar económicamente a las regiones de Crimea y Sebastopol, como represalia por su anexión a Rusia. Europa Press indicó que se trata de medidas contra los sectores comerciales, de inversión y servicios, y que entrarán en vigor este sábado, un día después de que se publiquen en el Diario Oficial de la Unión Europea, según informó en una rueda de prensa, en Bruselas, Maja Kocijancic, portavoz del servicio de acción exterior. Esta decisión se tomó bajo procedimiento escrito horas antes de que los jefes de Estado y de Gobierno se reuniesen en la capital comunitaria para abordar, entre otros asuntos, la situación en el este de Ucrania y el impacto de las sanciones en la difícil situación económica de Rusia.

Mientras tanto, en Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, confirmó que el presidente Barack Obama promulgará la ley aprobada el pasado sábado por el Congreso con sanciones contra Rusia, pero puntualizó que no usará todavía las medidas para imponer un mayor castigo a Moscú. GARA